Un pacto con la muerte (UBCLP #2)

Capítulo 6: El pacto

Harry abrió los ojos completamente cansado. Los párpados le pesaban demasiado y le ardían los ojos como si hubieran estado en fuego. Se pasó los dedos por los ojos y bostezó largamente.

-Papi, despertaste-susurró Darcy observándolo fijamente a los ojos-.

Harry sonrió ligeramente y abrazó a su hija durante un largo tiempo, antes de moverse para observar donde estaba. Definitivamente esa no era su casa y tampoco sabía dónde estaba. Todo el lugar estaba limpio y con las cosas bien acomodadas.

Antes de que pudiera preguntar algo al respecto, Hallie apareció en la habitación con una toalla secándose el cabello y ropa limpia. Sonrió a ambos y se acercó hasta la cama para sentarse junto a ellos.

-Están en mi casa, por cierto-dijo Hallie mientras sonreía tiernamente y se tapaba las marcas de sus brazos. Harry la observó atentamente mientras se acercaba hasta Darcy y le entregaba ropa limpia para que la pequeña se cambiara-. Puedes ir a darte una ducha, cariño.

Darcy asintió y tomó la ropa entre sus brazos, corriendo alegremente hasta aquel baño en un lugar remotamente desconocido.

Hallie se acercó hasta Harry y tomó su mano dulcemente, mientras las marcas de su piel le quemaban la piel a Harry ligeramente, a él no le importó en lo absoluto. Lo único que importaba en ese instante era que su hija y ella estaban bien. Aun no sabía si Sophie se encontraba bien. Pero algo le decía que ella estaba bien y lo estaría así por un tiempo.

Hallie lo observó con aquellos ojos verde-amarillos inquietantes y sonrió ligeramente, antes de que Harry acercara sus manos detrás de su cabeza y la acercara a sí, para poder sellar aquel deseo que tenía desde hace muchísimas horas. Unió sus labios en un pasional beso, que quizás no podría ser interrumpido jamás y tampoco debía serlo. Ambas bocas parecían destinadas a encontrarse algún día, sus labios encajaban perfectamente y sus lenguas se movían como si conocieran aquel camino desde muchos años antes. Las manos de ella vagaban por la ancha y fornida espalda de él, mientras las grandes manos de Harry no dejaban que nada pudiera interponerse en aquel beso.

-Aquí estamos a salvo-susurró ella en el beso y antes de volver a besarlo, añadió-. No nos encontrarán jamás.

Ella no había dormido desde la hora de la visita. Sus ojos le ardían y sentía que los músculos le quemaban, aun seguía debilitada por el toque de Pannorg y sentía como si hubiera peleado sin descanso toda la madrugada. Estiró sus dedos y se frotó los ojos para que el dolor pasara. No podía y tampoco quería dormir. Tenía miedo de lo que fuera a pasar. Tenía miedo de lo que la decisión que tomaría la destruyera.

Su corazón palpitaba con una velocidad increíble y sus piernas tamborileaban sobre el piso, mientras ella se movía inquieta sobre el borde de la cama. Su cabello estaba revuelto en un moño sobre su cabeza y algunos cabellos rebeldes invadían su frente sudorosa y fría.

A pesar de aquel turbador frío que hacía fuera, ella seguía con aquel delgado y pequeño short de pijama que se había puesto justo después de que Pannorg la había visitado. La camiseta que llevaba dejaba su hombro al descubierto y dejaba que la herida en su cuello recibiera los vientos fríos que entraban desde la ventana que había dejado abierta al escapar Pannorg por ella.

Suspiró pesadamente mientras estiraba sus piernas y tocaba el piso ligeramente con sus dedos, se estremeció al instante. El piso estaba casi congelado.

Se dio la vuelta para observar a Niall una vez más antes de salir de la habitación. Dormía tranquila y plácidamente sobre la cama, con su rubio cabello revuelto sobre su frente, parecía tranquilo y sin presiones. Sus brazos estaban estirados sobre la cama y estaban más pálidos de lo normal. El fuego infernal le estaba quitando hasta el color de la piel y probablemente de los ojos. Como había ocurrido con aquellos demonios. Su mano izquierda apretaba la sábana azul sobre su pecho, mientras emitía un ligero brillo.