Bebé El Cielo Está En Tus Ojos [Minsung] Adaptación

† Final †

Ni siquiera podían besarse correctamente porque tenían grandes sonrisas en sus caras, y Jisung nunca había sido más feliz.

Minho tiró de Jisung hacia su pecho por sus caderas, sus lenguas encontrándose una a la otra con facilidad. Jisung jugaba con el pelo en la parte posterior del cuello de Minho y él estaba a punto de levantarlo del suelo cuando escucharon a alguien toser junto a ellos.

—Oh. Hola, Señora Jeom—Dijo Jisung, sonrojándose y alejándose de Minho
.
—Ya te dije que me llamaras Eun-Ji. Me estaba yendo al trabajo. Me alegro de verte de nuevo. ¿Esa es la carta de la Universidad?

—Si —Respondió Minho —Logré entrar.

—¡Oh Dios mío! ¡Eso es increíble! ¡Salgo a las cinco hoy, así que podemos celebrar! ¡Puedo comprar un pastel! ¡Puedo hacer un pastel! —Exclamó y aplaudió.

—Adiós, mamá —Dijo Minho, avergonzado cuando ella le besó en la mejilla. Jisung sonrió brillantemente a los dos, lo que solo hizo que Minho se sonrojara incluso más de lo que ya estaba.

—Adiós eun-ji —Jisung sonrió antes de que ella se despidiera con la mano y se alejara hacia su coche. Esperaron a que ella se fuera antes de entrar a la casa.

—Entonces, ¿qué pasa contigo y mi mamá? —Minho cuestionó tan pronto como entraron y cerró la puerta detrás de ellos.

—Sólo somos amigos, Lee —Jisung respondió en tono de broma, sentándose en el sofá con una pierna debajo de sí mismo.

Minho puso los ojos en blanco

—¿Quieres un poco de helado?

—¿Tienes helado aquí? —Jisung preguntó sorprendido, bromeando.

—Sí. Fuimos de compras la semana pasada.

—¿Fuiste de compras al supermercado? Que doméstico de tu parte.

Minhl asintió y puso los ojos en blanco mientras sacaba un gran envase de helado de la nevera, y luego dos cucharas del cajón. Se dirigió de regreso a Jisung y se sentó a su lado en el sofá, dándole una de las cucharas.

—Así que tú y tu mamá lo están haciendo bien financieramente, por lo que veo —Jisung sonrió y metió la cuchara en el envase.

—Sí. Desde que vendimos la casa. Gracias por eso otra vez, por cierto.

Jisung le lanzó un rápido beso antes de llenarse la boca con helado de fresa. Sintió el frío en su lengua y su cerebro se congeló por un par de segundos.

—¿No tienes con sabor a chispas de chocolate?

—¿Me veo como una fábrica de helados? —Minho preguntó sarcásticamente y Jisung le dio un codazo. Secretamente amaba cuando Minho lo molestaba y empezaban una pelea en broma (que por lo general terminaba con sexo).

Terminaron el envase de helado veinte minutos después y ni siquiera se molestaron en ir arriba para tomar una siesta. Minho se arrastró en el sofá, con la cabeza apoyada en el reposabrazos. Jisung se acurrucó contra él, apoyando la cabeza en el pecho de Minho y cerró los ojos. Se quedaron dormidos con sus estómagos llenos y sonrisas en sus rostros.

Hye los despertó cuando llegó a casa un par de horas después, mostrándoles un pastel y una gran sonrisa en sus labios. Jisung sintió que podría estallar de tanto dulce en un lapso de cinco horas, pero se las arregló para comer el pastel de todos modos, porque era para Minho (¿y quién en su sano juicio rechazaría el pastel de chocolate de todos modos?).

—Hey... así que, um —él dijo dos horas después, cuando tuvo que salir para irse a su casa.

Minho le estaba sonriendo desde el marco de la puerta, esperando que continuara—. Mis padres probablemente me van a quitar mi teléfono y me obligarán a centrarme en empacar esta semana. Así que si no te envío un mensaje hasta el viernes, ven a mi casa a las nueve el sábado, porque es cuando nos vamos.