El vecino de la noche

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Hola, soy Mara y os voy a contar una historia un poco paranormal que me sucedió cuando era pequeña.

Todo comienza en octubre de 1982. Vivíamos en un barrio tranquilo, donde todos los vecinos eran personas normales, como cualquiera. Bueno, excepto uno. No se le veía mucho por el barrio; solo salía por las noches y se quedaba en su jardín, afilando cuchillos, cortando madera, leña, etcétera.

Ningún vecino sabía su nombre. Solo sabíamos que era algo mayor, pero nadie le daba importancia, porque no querían meterse en la vida de los demás.

Una noche, mientras estaba en mi jardín leyendo un libro, el vecino salió, como de costumbre, a cortar leña. Esta vez llevaba una luz encendida, lo que me animó a asomarme un poco a través de las vallas para ver si podía observarlo mejor.

Al final, lo vi. Era un hombre de unos 65 años, con muchas arrugas, pelo canoso y una cara espeluznante. Vestía unos pantalones azules y una camiseta negra. Podría parecer algo normal, pero no lo era: su camiseta y sus pantalones estaban llenos de sangre.

Al día siguiente, me desperté y sorprendentemente lo vi en la calle. Llevaba puesta una sudadera negra con capucha, que apenas dejaba ver su rostro. A pesar de no distinguirlo bien, decidí avisar a los vecinos. Ellos asomaron la cabeza por las ventanas, observándolo con atención mientras caminaba. Nadie notó nada raro, ni siquiera yo. Pasada media hora, lo vi entrar en su casa. Todos los vecinos regresamos a nuestras casas, sin dejar rastro de que lo habíamos estado observando.

Un par de semanas después, tuvimos una reunión vecinal. Cuando surgió el tema del vecino, todo el mundo se alteró. Comenzaron a hablar todos a la vez; intenté calmarlos, pero fue imposible. Finalmente, logramos tranquilizarnos y, además del vecino, hablamos de otros temas como los problemas de las tuberías, etcétera.

Entre la realidad y la pesadilla: el misterio de octubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora