𝘿𝙧𝙖𝙜𝙤𝙣𝙨 𝙜𝙖𝙢𝙚 | 𝘓𝘶𝘤𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯

05. ❝Un ojo por un dragón.❞

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❝Mi querido Luke.

Espero que te encuentres bien al igual que tus hermanos y madre, yo me encuentro aburrido como de costumbre, mi única compañía buena desde que te fuiste es el amargado de Aemond,así que no tengo mucho que decir.

No he recibido respuesta de la carta que te he enviado hace unos días,pero me alegro saber mediante mi padre que todo va bien en Dragonstone. Espero que todo siga así.

Tengo que confesar que no dejo de extrañarte, vuelve cuando puedas por favor. También tengo que confesar que he estado yendo hacia el techo del castillo de vez en cuando para ver las estrellas,ni siquiera las estrellas brillan tanto como tus ojos. Espero verte pronto.

Te quiere, Aeserys.❞

— ¿Cuando regresan a casa?

Coloco mi cabeza en su hombro aún abrazandolo,no he querido soltar al pobre porque la ha estado pasando mal. No dejaba de repetir que algún día se iba a morir,lo haría, pero no pronto,al menos eso esperaba yo. Nos habíamos ido a su habitación después de que cayera la noche. Había sido un día agotador y lleno de emociones para él.

Mi hermana me pidió que lo acompañara hasta que se quedara dormido y eso estaba haciendo. Luke me pidió que me acostara en su cama, después él se acostó sobre mi ya que yo estaba sentado recostado en el respaldar de su cama.

— No lo sé, espero que tardemos algunos días más.— Él jugaba con mis dedos.— ¿Quieres ir a pasear un rato mañana en la playa?, Podemos decirle a tu madre que venga con nosotros.

Él asintió,me parecía estar pensativo, probablemente por lo que le dijo su abuelo hace unas horas. Corlys Velaryon quería que Luke tomara su puesto algún día después de que él muriera,a lo que Luke no estuvo seguro de que responder. Estaba muy sensible con respecto a la muerte, él no quería morir,no quería ver a sus seres queridos muertos, él era solo un niño que amaba a su familia,no quería perderla y yo no quería perderlo.

Hace unas horas.

— No tenemos nada en común.— Habló con fastidio Aegon viendo a mi hermana.— Es un bicho raro.

Helaena no era una niña fácil de encontrar,tenía una imaginación inimaginable,pero todos la creían extraña. Se la pasaba murmurando muchas cosas aveces, siempre parecía estar atrapada en su propio cerebro. Estaba jugando con una araña y un par de caracolas,no entendí demasiado bien que decía, algo sobre dragones tejiendo una telaraña.

— No le digas asi.— Le dije empezando a enojarme.— No es su culpa que tenga que casarse con alguien como tú.— Comenté.

— Es nuestra hermana...— Dijo Aemond mirandola.

— Pues casate con ella.— Bebió de su copa.— O Aeserys también puede hacerlo.

— Yo cumpliría con mi deber.— Defendió Aemond.— Si madre nos hubiera comprometido.

— Si hubiera...— Comentó con sarcasmo dándole el único sorbo a su vino.

— Yo no me casaría con Helaena,no la veo más allá de una hermana.— Respondí.— Pero sí madre nos hubiera comprometido,no estaría molesto igual.

— Es obvio que sabes el el fondo que es rara.— Casi me lanzo al idiota, sin embargo Aemond me tomó del brazo.

Aemond me conocía más que a nadie.