Capítulo 11

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Las cosas al final de cuentas salieron bien, al principio la madre de Sunghoon pensó que le estaban jugando una broma, pero cuando Jungwon le mostró la ecografía los ojos de Jisoo se llenaron de lagrimas, a Jungwon se le oprimió el pecho cuando los felicito y les dijo que su bebé iba a ser una cosita hermosa como su hijo, él pelimorado había reído ante aquel comentario. También tuvieron un regaño por parte de Jisoo cuando Sunghoon le dijo que no eran nada, que no estaban en una relación.

Se sintió cálido por la forma en que Jisoo le había dicho; "Bienvenido a esta familia". Ahora tenía más confianza en decirle a su madre, al fin de cuentas él ya era mayor de edad. Ahora se encontraba en caminó a casa del pelimorado.

—Fue mejor de lo que esperé— habló Sunghoon— Sabía que mi madre no era capaz de matarme.

Sunghoon le sonrió, pero Jungwon quería llorar y no sabía porque.Había experimentado un montón de sentimientos en un día y lo que faltaba. Él pelinegro se dio cuenta del estado de Jungwon y acercó su mano a la de Jungwon y las entrelazo. Él menor no podría describir el sentimiento reconfortante y cálido que le proporcionaba tomar la mano de Sunghoon y le dio miedo y la alejó. El pelinegro frunció el ceño confundido por la forma brusca que Jungwon alejó su mano.

—¿Está todo bien?— preguntó Sunghoon intentando tomar de nuevo la mano del pelimorado— Todo va a salir bien no tienes que tener miedo.

Jungwon miró la mano del pelinegro y luego levantó la mirada para mirarlo a los ojos, pero Sunghoon estaba concentrado en el camino. Junto de nuevo sus manos mirando la sonrisa que adornaba el rostro de Sunghoon. Y así estuvieron en todo el camino, con Sunghoon sacándole risas a Jungwon y este riendo, pero sin alejar sus manos.

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—Ven pasa— le hizo una seña para que pasara. El pelinegro se acostó en los muebles que había en la sala.

—Jungwon, no es hora de descansar— informó Sunghoon tirando de las manos de Jungwon, este se quejó levantándose.

—Como tú no eres el que esta embarazado— gruño— ¿Por qué no fuiste tú?

—Porque tú te vas a ver más adorable con tu pancita— dijo Sunghoon con sinceridad. Las mejillas de Jungwon tomaron un color rosa.

—Me voy a ver gordo y feo— lloriqueo—Y no quiero que toda la Universidad me vea así.

—Nadie te tiene que ver— gruño Sunghoon ante la idea de que sus compañeros toquen a Jungwon.

—¿Por qué?— se acercó a Sunghoon con una sonrisa burlona.

Sunghoon lo tomó de la cintura y lo pegó a él gruñendo con posesividad.

—Son míos— dijo besando el cuello de Jungwon. Las piernas del menor se debilitaron al oír las palabras de Sunghoon.

Jungwon no dejó que los besos de Sunghoon lo nublaran y lo apartó un poco.

—Sunghoon deja de besarme y tocarme— dijo— Mi madre podría vernos.

—Sí, lo siento— dijo con las mejillas sonrojadas.

Y antes de que Jungwon pudiera decir algo su madre apareció en la sala con un plato lleno de galletas. El pelimorado no apartó sus ojos de esas deliciosas galletas y cabe resaltar que la madre de Jungwon hacía unas deliciosas galletas.

—Jungwon— el pelinegro golpeó su hombro ya que no prestaba atención.

—Ah, sí— sonrió nervioso— Mamá tenemos que hablar contigo ¿puedes sentarte un momento?

Nayeon asintió para posteriormente tomar asiento. Ella palmeó a su lado para que Jungwon se sentará al lado de ella y así lo hizo Jungwon.

—Mamá yo...—miró al pelinegro quien había tomado asiento en frente de ellos. Este le dio una sonrisa de apoyó.

—Hijo, ya sé que eres gay— río Nayeon— Hace como tres años me lo revelaste cariño.

—No mamá no es eso...Es sólo que no sé cómo decirte esto— dijo jugando con sus dedos— No sé cómo llegarás a reaccionar.

—¿Tiene algo que ver con Sunghoon?— preguntó Nayeon con cautela mirando por un momento al pelinegro para luego volver su vista a Jungwon.

—Sí— dijo con un puchero y los ojos llenos de lágrimas. Jungwon odiaba los cambios de humor que provocaba el embarazo.

—Oh mi amor— habló Nayeon abrazándolo y dándole múltiples besos en las mejillas. El pelinegro presenciaba aquella escena linda.

—Estoy embarazado y el padre es Sunghoon— soltó sollozando. Nayeon acarició la espalda de su hijo.

—Cariño, no tengo ningún problema con eso— hizo que Jungwon levantará la mirada— Se que te importa lo que piense de ti, pero cualquier decisión que tomes estará bien para mí siempre y cuando seas feliz.

—¿No estas decepcionada ni molesta?— preguntó el pelimorado con una sonrisa, una sonrisa que llegaba hasta las orejas. Aquella sonrisa que hace que la cara te duela por estar sonriendo en todo momento, así describía Sunghoon la sonrisa que Jungwon que portaba en ese momento.

—Claro que no.— sonrió— Eso explica los vómitos. Ahora ¿Que relación tienen?— preguntó Nayeon esta vez mirando a Sunghoon quien no había dicho ni una sola palabra.

—Somos solo amigos— contestó rápidamente el pelimorado sin mirar a Sunghoon, porque eso era lo que eran realmente.

Solo amigos.

𝐔𝐧𝐚 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora