After party

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Veinte minutos después salí junto a erick del cuarto, con el pelo despeinado y el maquillaje corrido. Aunque me hacía gracia verlo a él en las mismas condiciones
-¿quien es la niñita Erick?- dijo un joven de la edad de Erick
-Es una amiga Matt- su voz parecía tensa
-¿Y no me la presentas?- el moreno me sonrío de una manera bastante asquerosa- Mis amigas son tus amigas y las tuyas son mias ¿verdad?
¿A qué se refería con eso? Tengo múltiples respuestas a mis preguntas y ninguna de ellas me gustaba. Simplemente me dediqué a mirar un tanto extrañada a Erick, con la esperanza de saber qué estaba pasando
-Ella no Matt- soltó mientas me agarraba de la mano para salir a paso ligero
Volvimos a la sala de fumadores, donde también se encontraban mis amigos, que me miraron un poco aturdidos
-os la devuelvo- comentó graciosamente Erick
-no de eso nada- intervine- ¿quien es ese y a qué se refería?
-no es nadie Ann- me contestó con voz calmada- no merece la pena que te molestes con él
Eso fue lo último que me dijo antes de desaparecer entre la multitud
-¿Que diablos haces Ann?- preguntó Edward un tanto confuso y diría que también enfadado
-No hago nada- mentí
-Oh venga Ann, ¿me vas a decir que esos pelos y ese punta labios corrido se debe a que os habéis dedicado a hacer lucha libre?- bromeó Elisa
Me hicieron gracia sus palabras, pero no vi que la expresión de seriedad en la cara de Edward cambiase
-¿estamos paseándolo bien no?- solté desviando el tema
Parecieron relajarse las expresiones de Edward, y acto seguido, fuimos a por una copa más y la que sería la última copa de la noche

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A la mañana siguiente nos despertamos en casa de Elisa sobre la hora del almuerzo. Íbamos hechos unas pintas. Sucios, con resaca y con muy mala cara.
-Que fea te pones de resaca - bromeó Edward a Elisa
-¿tú te has visto?
Me hacen gracia sus discusiones; son como dos niños chicos. Pero se que se tienen cariño
-Bueno, ahora lo más importante- dijo Elisa girándose hacia mi - ¿qué pasó anoche?
-¿Qué pasó?- disimulé
Ambos me miraron de forma sarcástica, y entendí que no tenía escapatoria.
Me levante hacia la puerta para cerrarla y poder mantener una conversación privada
-Vale escucharme - dije casi susurrando- anoche, en mi pleno momento de alcohólica anónima, apareció Erick, y bueno...
-¿te lo has tirado- pregunto Edward preocupado
-Bueno...- buscaba la forma de decirlo sin parecer la peor novia del mundo- iba bebida, me llevó a un cuarto privado ... y simplemente pasó
-Madre mia- dejó salir de su boca Elisa
-Ann- comenzó a decir Edward con voz de decepcionado- no puedes culpar ni al alcohol ni a Erick ni al cuarto. Lo que has hecho lo has hecho porque has querido, y estás siendo muy injusta con Paul
-lo se, lo sé- estaba realmente arrepentida. Y no por lo qué pasó, sino por Paul- ha estado fatal, pero no pude controlarme
-¿Y ahora qué vas a hacer?- preguntó Elisa
-Yo pienso que deberías hablarlo con Paul. Es injusto para él- opinó Edward
-¿y Qué le digo?; Hola Paul, me he acostado con mi vecino ¿no te molesta verdad? Esque iba borracha
-Elena- me intentó tranquilizar Edward - lo que te pasa es que sientes cosas por Erick. Y Justo por eso, estar con Paul solo os va a hacer daño
Se hizo el silencio en la habitación. Todos sabíamos que lo que había dicho Edward era verdad, pero yo no iba a admitirlo en voz alta. No por el momento
-lo pensaré

Bajamos a la cocina con intención de devorar cualquier alimento que se postrase ante nuestros globos oculares. Él hambre de la resaca es peor que estará en el desierto sin agua. Sientes que podrías comerte cualquier cosa. Incluso aquellas comidas que odias, se te hacen apetecibles

El vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora