Comienza el verano

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Hace unos días que corté con Paul. Sinceramente, omití la parte en la que le puse los cuernos con mi vecino, pero el resto de cosas que le dije sí eran verdad:
-No siento esas mariposas en el estomago que tendría que sentir. Eres genial, y me lo paso muy bien contigo , pero quizá no sea el momento

Esas palabras no se me borran de la mente. Se que le habrá dolido, ya que a diferencia de mi, se que el si que se estaba enamorando de verdad, y también se que el karma me cogerá por esto.
Por otra parte llevaba un par de semanas evitando cruzarme con Erick, y cuando nos cruzábamos, me inventaba que tenía prisas por algo. No pienso que él tenga la culpa de lo mío con Paul ni mucho menos, pero se que si sigo adelante con él, volverá a hacerme daño. No soy lo suficientemente fuerte como para tener un simple royo con alguién. Solo busco una relación completa, donde seamos solo él y yo. Y sabía que Erick no podía darme eso.
Hoy en día, las relaciones abiertas y los encuentros cáusales están muy normalizados; pero siento que no es para todos. Hay personas a la que les da igual no tener una relación seria con alguien, porque son capaces de mantener relaciones sexuales sin enamorarse. Sin embargo yo, siempre acabo pillándome por la persona. Pienso que esto también se debe a que no tengo relaciones sexuales con cualquiera. Y esto no quiere decir que me ponga a medirlos con lupa; pero sí que necesito que haya algo en ellos aparte de su apariencia para que me llame la atención. De Ercik me llama la atención su madurez, su misterio y lo extrovertido que es. A veces me pregunto si realmente es así o si simplemente es un fetichista más al que le gustan las chicas más pequeña que él y solo lo estoy idealizando.

El verano ya había empezado, y con él tendrían que venir la mayoría de  los buenos momentos del año.
Empecé el verano con Elisa y Edward de viaje. Nos llevamos todo el año ahorrando, y por fin llegaron estas merecidisimas vacaciones. Teníamos dos semanas reservadas de hotel en marbella.
Llegamos al hotel bastante estresados, ya que nos habíamos perdido como mínimo cinco veces. Pero mereció la pena; era un hotel enorme. Desde afuera se veía la enorme piscina. Me hacía mucha ilusión. En mi familia no se solían hacer viajes de vacaciones, así que este eran mis primeras vacaciones fuera de mi ciudad.
Las habitaciones eran enormes con vista a la terraza con piscina. Dentro del hotel había una sauna, jacuzzi, comedor y una enorme sala de juegos.
Pasamos la tarde en el hotel, planeando nuestra salida de esta noche a una de las discotecas más famosas de Marbella. Tenía el outfit perfecto, un Carné de mi prima mayor de edad y el alcohol preparado.
Para ser sincera, no recuerdo muy bien la fiesta. Solo se que pude entrar a la discoteca, bebí mucho y baile mucho. Nos recogimos pidiendo un taxi para llegar al hotel, ya que estaba a media hora andando de la discoteca.
Elisa y Edward dormían y me entraron ganas de probar el jacuzzi. Fue un error
Cuando llegué al jacuzzi, pude dividirá una figura ya reconocida. Debí dar marcha atrás y volver por donde había venido, ya que no me había visto aún; pero en las condiciones en las que iba, nada me daba vergüenza

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