NY || Abigail Salazar y Draco Malfoy... Se conocían desde los once años pero nunca hablaban, es más, se podria decir que hasta que evitaban. ¿La razón? Nadie la sabe.
Pero no tienen otra opción cuando vivian juntos en un departamento junto a sus a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✦
Abigail Salazar, la niña morena que se había ganado el corazón de todos con su amabilidad y carisma, y más de uno había caído a sus pies, enamorándose de su belleza.
Cuando Abby cumplió los dieciséis años su padre la obligó a convertirse en mortifago a contra de su voluntad, y también la obligó a cumplir ordenes de El Señor Oscuro. Amenazada y asustada, con la frase constante de su padre "Si haces lo que te dice, todo va a salir bien".
El que se suponía que iba a ser el mejor año, termino siendo una pesadilla la cual se pensaba que nunca terminaría. Tantas torturas en ella, tantas cicatrices, tantos llantos, quedaron atrapados en simples recuerdos que la atormentaban cada noche.
Ella al principio pensaba que fue la única joven de dieciséis en ser obligada a eso. Pero se equivocó. Al principio no le había dicho a sus amigos, se empezó a alejar cada vez más en busca de finalizar la tarea: Infiltrarse en La Orden, saber donde se esconden y matarlos, excepto a Harry Potter.
Pero, Draco Malfoy, el chico rubio platinado, arrogante y sumamente hermoso; también se encontraba cumpliendo una tarea del Señor Oscuro y también se había alejado de sus amigos, tanto así que ellos pensaban que Draco y Abby salían a escondidas cosa que ellos negaron rotundamente
La tarea de Draco era igual o más complicada.
El Señor Oscuro había dicho estas palabras: "Mata a Albus Dumbledore o te mataré a tu madre".
Una tarde Abby y Draco se encontraban almorzando con sus amigos mientras ellos los miraban, cada vez más perdidos y en un estado sumamente deplorable. Ellos preguntaron que estaba pasando y los ahora mortifagos se dignaron a decir que no pasaba nada grave.
Fue ahí cuando sus amigos empezaron a seguirlos, cada vez que ellos desaparecían.
Y llegaron a la conclusión de que habían perdido totalmente la cabeza.
Cuando Abby y Draco descubrieron el secreto del otro fue un día que estaban en una reunión de morgifagos en la Mansión Malfoy y ella lo vio al lado de su padre con la cabeza baja. El no había levantado la cabeza en toda la cena pero cuando se levantó para retirarse, la vio con su padre y lágrimas en sus ojos. Ellos no sabian que el otro lo vio así que se dignaron a volver a ignorarse como solían siempre hacerlo.
Draco no pudo completar su tarea, en cambio Abby pudo llegar a La Order y matar a la mayor parte de la familia Weasley y unas personas más que se habían interpuesto en su camino. A ella ese recuerdo de haber matado a Fred, el cual era su amigo, la persigue a toda hora, tanto que había pensado en matarse a si misma para poder dejar de sentir ese dolor y esa culpa.
Nada de lo que hizo valió la pena.
Harry Potter y los pocos que quedaban de la orden lograron vencer a Voldemort y dejar Azkaban a los demás morgifagos.
Abby y Draco se cambiaron de bando a último momento, aportando mucho a la batalla final.
Para luego así graduarse e ir con sus amigos a vivir a un apartamento en una ciudad muggle.
Pero les quedaba mucho por vivir todavía. Y mucho por sentir.
