NY || Abigail Salazar y Draco Malfoy... Se conocían desde los once años pero nunca hablaban, es más, se podria decir que hasta que evitaban. ¿La razón? Nadie la sabe.
Pero no tienen otra opción cuando vivian juntos en un departamento junto a sus a...
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Hace una semana que habíamos hecho el árbol de navidad, lo que significa que hoy Pansy, Blaise y Theo se iban a las casas de sus familiares.
Hablemos un segundo de Draco, el cuál su comportamiento era más raro de lo normal. Casi no estaba en casa, o estaba todo el día en su habitación, nadie sabe que le pasa, y tal vez me preocupa un poco.
Gracias a Merlín, hoy salió para despedir a sus amigos.
— Si, Abby. Tengo todo lo necesario, no hace falta recordarme nada.
— Lo lamento Pans, es que estoy nerviosa. Te extrañaré — la abrazo y ella se ríe.
— Solo serán dos semanas — dice Theo.
— También te extrañaremos. Y a ti también Malfoy — dice Zaza para darle un abrazo corto y luego abrazarme a mí.
Draco hace solo una cara como dando a entender que también los extrañara, aunque solo sean dos semanas. Lo entiendo, literalmente estamos todos los día juntos desde los once años.
Ellos con leves sonrisas se aparecieron en sus casas, y yo y Draco nos quedamos unos segundos parados en donde estábamos, luego, como era de esperarse, se fue a su habitación sin decir nada.
Yo me dirigí a la pizzería más cerca del edificio para comprar la cena.
Compre una de pepperoni, se que le gusta y además es mi favorita.
— Que tenga buen día — le dije con una sonrisa al señor del otro lado del mostrador mientras salía de lugar.
Estaba de buen humor, presentía que algo iba a pasar, y sentía que iba a ser bueno.
Al llegar al departamento lo primero que vi fue que Draco seguía en su habitación y probablemente no se había dado cuenta de que salí, así que deje la pizza en la mesa y fui hasta la puerta de su habilidad y dude en tocar, pero finalmente toqué dos veces suavemente.
Luego de unos segundos, un Draco medio dormido, con el pelo despeinado y el pijama puesto apareció por la puerta, lo mire de arriba a abajo y me puse nerviosa así que rápidamente me aclare la garganta y lo mire a sus ojos grises medio cerrados por el sueño.
— Compré pizza de pepperoni, por si quieres comer algo.
Él inclinó la cabeza confundido, pero enseguida se enderezó
— Claro. Iré en un momento.
Asentí con la cabeza y me retiré.
¿Porqué últimamente la sola presencia de Draco me hace sentir nerviosa?
Nunca me había pasado, y menos con el. Estoy acostumbrada a ignorar su presencia, tal como el hace con la mía, pero últimamente se vuelve más y más difícil el poder ignorarlo.
Me senté en la mesa y me pase una mano por la cara, frustrada.
— ¿Un mal día? — preguntó.
di un pequeño brinco por el susto, no lo había visto llegar.
— Oh, no. Solo estoy cansada — respondí. Y en parte era cierto.
Él se sentó al frente de mi y agarró una rebanada de pizza. Por un momento pensé que iba a ser la típica cena en silencio que siempre tenía con el, pero creo que el destino tenia otros planes.
— ¿Sabes? La pizza de pepperoni es mi favorita — soltó de repente.
— ¿En serio? La mía también — lo miré sorprendida — Es un clásico.
Él asintió y me miro por un momento como si quisiera decir algo pero no podía.
— ¿Qué? — lo animé mientras sonreía.
Y él también sonrió.
Que hermosa sonrisa.
— Estaba pensando, en que podíamos... Ya sabes, intentar llevarnos bien. Por los chicos — se veía bastante nervioso, como si no pudiera encontrar las palabras justas.
— ¿Solo por los chicos? — bromeó y él me mira mal — Bromeaba. Esta bien, creo que podríamos intentarlo.
— Bien.
— Bien.
Él me mira y se ríe un poco y hace que yo también suelte una risa leve.
Luego pasamos toda la cena hablando de temas triviales y riendo de cualquier cosa.
