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Advertencia: Pensamientos suicidas, autolesiones, violencia

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Asesina

Seguía teniendo la palabra atascada en la mente, no podía pensar claramente, tenia la respiración acelerada y sentía que un ataque de pánico de acercaba. Me había despertado cerca de las cuatro de la mañana por culpa de una pesadilla. 

Yo no quise, no tenía opción. 

Me repetía una y otra vez. Aunque si la tuve, fui por ayuda pero solo me tomaron como una traidora y mentirosa. Ese fue el momento que supe que ese era mi único camino, que ser mortifago era lo único verdadero en mi vida. 

Mi padre, el cual amaba con toda mi alma, cuando entro en los mortifagos cambio rotundamente, y para mal. Al igual que mi madre, solo ella no logro llegar a la batalla final, siendo asesinada por uno de los mortifagos.  

Cuando cumplí los nueve años, éramos una familia feliz y sin preocupaciones, pero cuando entre a Hogwarts todo cambió, por unos meses pensé que fue mi culpa, que fue a causa de que comencé el colegio, pero en cuarto año descubrí que todo fue por Lord Voldemort.

Nunca pude entender en que momento mi vida cambio tanto. 

Tal vez lo merecía. Tal vez merecía el sufrir. 

Tal vez merecía que esos recuerdos atormentándome de cuando veía a gente que quiera sufrir y no podía hacer nada. 

Tal vez merecía estar muerta. 

En un movimiento impulsivo había agarrado una cuchilla de uno de mis cajones. 

Estaba sentada en el piso con mis rodillas en mi pecho, llorando a mares, con la respiración entre cortada y una cuchilla en mi mano derecha apretándola con todas mis fuerzas. 

Se dirigía a mi hombro despacio, se clavo superficialmente en este y fue bajando hasta el codo, haciendo que una linea de sangre se forme en el brazo. 

Quise aguantar el dolor, pero mientras los segundos pasaban más dolía.

Grite con todas mías fuerzas. Un grito desgarrador salió por mi garganta. 

En instantes me arrepentí de lo que hice, así que me levante rápidamente y me dirigí al baño que estaba adentro de mi habitación y limpie la herida con agua y luego la vende. 

Suspire con pesadez, me saque las lagrimas y me puse un suéter para salir a la cocina por un vaso de agua. 

Mientras estaba tomando el vaso de agua escuché como abrían la puerta de la cocina. 

- ¿No podías dormir? - preguntó Malfoy.

Él no me podía ver ya que le daba la espalda. Mi cara y pelo eran un desastre, tenia los ojos rojos y el rastro de las lagrimas marcada en mis mejillas. Si me veía se iba a dar cuenta que algo iba mal. 

- No - mi voz salió rasposa y entre cortada, enseguida me arrepentí de hablar. 

Sentí como se acerco.

- Abby... ¿Esta todo bien? - murmuró preocupado

- No - repetí

Me quebré ahí mismo. Seguía dándole la espalda pero sentí como sus grandes brazos me rodearon en un abrazo. Su cabeza se apoyo en la mía.

- Esta bien, estoy aquí - susurró. 

También lo abrace con todas mis fuerzas, aferrándome a él. 

- ¿Por qué? ¿Por qué a mi? - pregunté entre llantos.

Él no respondió pero empezó a darme leves caricias en el brazo y la espalda mientras seguía abrazado a mi. 

Cuando deje de llorar luego de un rato, él se separo un poco para juntar nuestras frentes. 

- Abigail. ¿Sabes que estoy para ti si así lo necesitas? Aunque a veces nos llevemos super mal y nos queramos matar. 

Lo miré con las cejas alzadas.

- Mal chiste, lo lamento - se disculpó pero volvió a juntar nuestras frentes. 

Reí levemente y él me imito. 

Me sentía segura en sus brazos. Todas esas preocupaciones que tuve minutos atrás se habían esfumado. 

- Draco - susurré.

- Abigail 

- ¿Esta mal si digo que quiero besarte? 

- ¿Quieres besarme? 

- Pensé que era obvio 

Entonces lo que nunca imaginé que iba a pasar, pasó. Draco Malfoy me estaba besando. Estaba sintiendo miles de sensaciones todas juntas. El beso era tierno, lento y suave, el tenia sus manos en mi cintura y yo las mías alrededor su cuello, ninguno de los dos aceleraba el beso o daba a entender que el beso pase a otra cosa.

Era mágico y perfecto.

Luego de un rato los dos nos separamos lentamente y volvimos a juntar nuestras frentes. 

- Gracias - susurré - Gracias por hacerme sentir mejor.

- Si quieres te puedo hacer sentir mejor más seguido - dijo coqueto riendo. 

Lo empuje levemente en broma. 

- Lo digo en serio, Malfoy.

- Yo también. Y ¡Oye! Creí que llamarnos por nuestros apellido era una etapa superada. 

- Bien. Realmente quiero dormir. 

- Ve, nos vemos mañana - me dio un beso en la frente para dejarme ir. 

Sali de la cocina a paso apurado para legar rápido a mi habitación y encerrarme en ella. 

¡Oh Merlín! ¡He besado a Draco Malfoy! ¡Y me ha encantado! 


𝑵𝑬𝑨𝑹 𝒀𝑶𝑼 - 𝑫.𝑴 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora