CAPITULO 10

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Danny

Cuando miré a Dylan, solo vi que sus ojos estaban completamente dorados y lo vi tragar con algo de esfuerzo- H-Hace calor, m-mucho calor.

Dylan me cargó hasta llevarme a la cama, se dirigió hacia el baño y con una toalla empapada con agua fría me limpiaba el sudor que comenzaba a salir de mis poros, sentía que todo mi cuerpo estaba en llamas

 - Escucha Danny, el efecto ya comenzó y no creo poder ayudarte esta vez

Veía sus labios moverse, estoy seguro de que decía algo importante pero solo pensaba en lo sexy que se veía con sus ojos así, me limpiaba suavemente pero su toque quemaba mi piel, observe sus labios de nuevo mientras los humedecía con su lengua y esa acción me pareció una invitación hacia ellos, Dylan se estaba controlando y lo sabía, pues su expresión y su respiración pesada decía más que sus propias palabras, la vergüenza me abandono de un momento a otro y alcanzando su camisa lo jale hacia mi, probé esos deliciosos labios.

Al principio no movió ningún musculo mientras yo chupaba y mordía su labio inferior mientras lo acercaba más a mi en busca de aquel contacto que hacia que aliviara un poco el calor pero que de igual manera hacia que me quemara, sentí sus labios moverse sobre los míos correspondiendo a mi beso, abrí más mi boca como una invitación para que su lengua jugara con la mía, provocando que ahogara los gemidos que buscaban escapar de mi garganta.

Disfrutaba la sensación de su mano apretando mis caderas, seguí besándolo, mordiendo y chupando por lo que parecían largos minutos. No me sorprendería que me dijeran que estuvimos así por horas, sentí como pasaba su legua de mi mandíbula hacia mi cuello, donde se detenía a dejar besos que seguramente dejarían marcas y más cuando mordió en mi clavícula, solté un jadeo y abrí los ojos para observarlo, no sabía en que momento se había subido encima de mi, pero ahí estaba entre mis piernas mientras una de sus manos agarraba mis muñecas por encima de mi cabeza, gemí cuando sentí la fricción de su bulto con el mío, mismo que dolía por la incomodidad del pantalón.

De un momento a otro vi como arrancaba mi pantalón y hacía lo mismo con el suyo quedando ambos en ropa interior, mis gemidos salían sin control y parecían gustarle a Dylan porque las leves embestidas se estaban haciendo más fuertes y tortuosas, aún mientras seguía haciendo esa fricción que me estaba volviendo loco, sentía mi bóxer húmedo, causa del liquido pre seminal de ambos.

Para este punto tenia la vista nublada, ocasionado por el placer que estaba sintiendo en ese momento, balbuceaba incoherencias entre cada gemido pero dejando en claro que quería más, todo me estorbaba , quería sentir su piel contra la mía, al menos aún más cerca de lo que ya la estaba. Dylan soltó mis muñecas y por un momento creí que se alejaría, pero solo se separo un poco de mí para quitar su camisa para continuar con la mía, lo siguiente fueron su manos tomando nuevamente mis muñecas mientras su boca tomaba camino hacia uno de mis pezones, atrapándolo entre sus labios para comenzarlos a lamer, los chupaba y mordía con una extraña familiaridad o al menos así lo sentí.

Sabía lo que se venia, muy dentro de mi quería detenerlo porque no estaba listo, pensamiento que deseché cuando sentí su mano sobre mi erección las palabras coherentes no salían de mi boca pero al mismo tiempo no entendía como al mismo tiempo me encontraba pidiendo más.

Dylan estaba a punto de bajar mi bóxer pero de pronto solo sentí frío, frío por la lejanía de nuestros cuerpos, solo vi que una persona lo sostenía del cuello alejándolo bruscamente de mi, lo tenían acorralado a la pared. Aunque Dylan no parecía molestarse por alejarnos, su cara demostraba alivio mientras la cara contraria demostraba rabia, por un momento imaginé un perro rabioso y  reí internamente por ello.

SABOR A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora