9. "Certeza"

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°

Carl

Un par de semanas después

Dicen que el pedir perdón es de valientes, yo había admitido que me equivoqué desde el momento en que la ví desangrandose en mis brazos, desde el mismo segundo que mi cuchillo atravesó su piel y la vida lentamente desaparecía de sus ojos, pero sólo hasta ahora, dos años después pude encontrar el perdón.

Aunque debía admitir que las palabras de Daryl no habían salido de mi cabeza estas últimas semanas.

¿Y qué si solo estaba fingiendo?, ¿Y qué si quería vengarse y matarnos a todos?, pero habían pasado un par de semanas y no había señales de que ella quisiera hacernos daño, había vuelto a ser la misma Camille que solía conocer, la amistad con Beth volvió, todo parecía como antes pero era verdad que anteriormente había actuado bastante extraño y ahora eso desaparece de la nada, ¿algo andaba mal?, ¿O solamente me estaba volviendo loco?

Un ruido me hizo abrir los ojos de inmediato y tomar el arma que se encontraba justo al lado de mi sobre el tocador de madera, la risa adorable de Camille inundó mis oídos.

- ups, lo siento Carl, no quería despertarte, solo me dí un baño - salió vestida como solía hacerlo, un vestido rosado claro cubría su cuerpo, su larga cabellera rubia lucía empapada sobre sus pálidos, y aún heridos hombros. - te has quedado mudo, ¿te gusta como me veo?, espero no te moleste, tomé este vestido de tus cajones, ¿es de Enid?, probablemente debería quitármelo...

- no, joder, no, te queda precioso - balbuceé aún admirando lo bien que ese vestido adornaba su delgada figura. - no es de Enid, yo...

- ¿Tú...? - preguntó cuando dejé las palabras al aire, dudando si decir aquello. Se sentó junto a mí en la cama y tomó mi mano, jugando con ella como siempre lo hacía.

- en una expedición lo encontré, fue después de lo sucedido en el santuario, en realidad no sé porque lo traje conmigo pero al verlo no pude dejar de pensar en lo bien que se vería en ti pero debo decir que...superó mis expectativas. - sus mejillas se tiñeron de un color carmesí al escuchar mis palabras y una amplia sonrisa adornó su rostro.

- ¿seguías pensando en mí? - pasó una de sus piernas sobre las mías y quedó sentada sobre mi regazo, sus manos acariciaban mi pecho, mis brazos, mi cuello hasta llegar a mi rostro.

- nunca dejé de hacerlo, Cami, siempre fuiste tú. - ella sonrió complacida con mi respuesta y besó suavemente mis labios, casi con miedo, no había sentido sus labios en este tiempo que ella estuvo de regreso en Alexandria, hasta ahora.

Dió otro pequeño beso en la comisura de mis labios, haciéndome suplicar por más, quería besarla hasta que nuestros labios estuvieran entumecidos, con fuerza, comer sus labios con los míos pero seguía herida, repitió la misma acción al lado contrario de mis labios, después en ambas mejillas, en mi nariz, en mi frente, en mi barbilla, en la herida de mi ojo, llenó mi rostro entero con delicados besos, derritiendome en cada uno.

- ¿qué fue eso, Cami? - pregunté en un susurro, mis manos sostenían su pequeña cintura.

- eres demasiado hermoso, Carl, había olvidado eso... - sentí sus manos acariciar mi cabello, su toque envío escalofríos por todo mi cuerpo. - ¿puedo...besarte? - susurró, sus labios rozando los míos, nuestras respiraciones mezclándose y sus caderas balanceándose suavemente sobre mi regazo.

Camille 2 - Carl Grimes |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora