Camille 2 - Carl Grimes |TERMINADA|

6. "Algo Nuestro"

Camille

Actualidad

Salí de Alexandria sintiendo mis manos sudar y mi corazón palpitar con agresividad.

Los golpes que había hecho en mi rostro con aquel arma, dolían terriblemente.

Cuando me había alejado lo suficiente, tomé el cuchillo y con una gran bocanada de aire, lo enterré directo a mi pierna derecha, un grito gutural abandonó mi garganta ante aquel intenso dolor.

Sabía que probablemente parecía que estaba fuera mi cabeza y quizás así era pero si no hacía esto, Alfa no me creeria, aún así sabia que otro castigo me esperaba por 'dejar que mataran a nuestra gente y por permitir que me golpearan', simplemente por ser débil pero no me arrepentía de matarlos, eran leales a ella.

Rompí un pedazo de tela de la camisa sobre mi cuerpo e hice un torniquete en mi pierna para evitar que la sangre fluyera descontroladamente.

A paso lento y sintiendo el dolor en mi pierna cada vez que pisaba, hice mi camino hacia el campamento, sabiendo lo que me esperaba.

Al llegar no había señales de Alfa por ningún lado.

Lydia se acercó apenas me vió.

— ¿qué te sucedió? ¿Estás bien? — miraba mi pierna con preocupación.

— estoy bien — susurré y entonces mi mirada se dirigió Beta, quien ya me miraba, esa mirada intensa y llena de desprecio — Mierda, debo buscar a tu madre...

— no la he visto...

Antes de que terminara de hablar y muy a mi pesar, me acerqué a Beta.

— ¿dónde está Alfa?

— te está esperando... — sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal.

No había forma de que supiera lo que en realidad sucedió.

Sin embargo, si era momento de enfrentarla, con gusto lo haría.

Entré a la cueva, solamente para encontrarla de espaldas a mi.

— Gamma — se giró para mirarme con una sonrisa. — cuéntame...

— no les agradó verme, como lo suponía — hablé y señalé mi pierna, completamente llena de sangre, retiré la piel que cubría mi rostro solo para que sus ojos recorrieran mis heridas. — sin embargo, di el aviso sobre la nueva frontera...

Su mano golpeó mi mejilla con fuerza.

— no me decepciones, Gamma, tenía fé en ti.

— no lo haré, mi venganza apenas ha iniciado...

— ¿mis susurradores?

— muertos... — la sonrisa volvió a su rostro y con su mano en mi espalda, nos guió fuera de la cueva.

— bien, necesito que me hables sobre esa venganza...

Mierda.

Ninguna palabra salió de mis labios, haciendo que alzará una ceja.

— así que no quieres contarme...

— me gustaría hacerlo sola, Alfa...