Camille 2 - Carl Grimes |TERMINADA|

5. "Improvisar"

Carl

Actualidad

— por tercera vez, eso fue lo que dijo — gruñí, mis manos estaban en puños a cada lado de mi cuerpo, intentando recobrar mis sentidos, la vi marcharse por las puertas de Alexandria y no hice nada para detenerla.

¿Por qué la dejé ir?
¿Por qué no fui tras ella?

Aún sentía su respiración en mi piel, haciendo cosquillas en mi oído, su suave voz hacía eco en mi mente.

La mirada confundida de todos en la habitación estaba sobre mí, no la soportaba, todos esperaba una reacción de mi parte.

— está de nuestro lado — habló Beth, llena de esperanza e ilusión, la felicidad irradiaba en sus ojos.

— eso no lo sabemos, Bethy — Maggie le habló a su hermana con precaución, cuidando cada palabra que salía de su boca, Beth era débil y ya había intentado quitarse la vida hace pocos meses.

— en el bosque ella se veía muy distinta, mencionó un nombre... — Michonne comenzó, pensando en la palabra adecuada pero mi padre la interrumpió al ver que no recordaba aquel nombre.

— Gamma...

— ¿Gamma? Como...¿Alfa, Beta y Gamma? — Daryl sugirió hacia todos — no podemos confiar en ella...

— le dijo que se encargaría de Alfa, además, es Camille de quien estamos hablando...— la voz de Glenn interrumpió a Daryl, sin embargo, dejé de escuchar la conversación.

Mi cabeza daba vueltas, mi corazón aún seguía latiendo con fuerza y sentía las gotas de sudor resbalar por la parte trasera de mi cuello.

Salí de aquella casa cuando el aire en mis pulmones comenzó a ser escaso, todo a mi alrededor se veía ligeramente borroso.

— ¡Carl! — mi padre tomó mi brazo y detuvo mis torpes pasos, Enid se encontraba detrás de él, mirándome con preocupación. — hey hijo, está bien...

— no lo está papá, ¿no te das cuenta? — ni siquiera sabía que pensar, sabía que se trataba de Camille y ella solía ser dulce e inocente pero la mirada que vi en ella hacía unas horas no era la mirada de la Camille que nosotros conocíamos, tan fría, tan rota... — intenté matarla papá, ella llega aquí viva después de dos años y ¿quiere ayudarnos?

Papá suspiró y una de sus manos frotó su rostro como de costumbre.

— está herida... Piensa que todos la traicionamos...sé lo que piensas, yo también lo hago, quiere venganza, tal vez...

— ¿tal vez, papá? No puede ser que solamente quiere ayudarnos, la Camille que vi hace unas horas no es la misma Camille que yo dejé tirada sobre el piso del santuario desangrandose...

— es diferente... — concordó mi padre — pero todos lo seriamos después
de ser traicionados por la persona más importante para nosotros...

Gruñí.

— Mierda papá, ¡ya sé que todo es mi culpa! ¡ya sé que lo arruiné todo! ¡ya sé que la lastimé! — grité con rabia, sintiendo como mi garganta se desgarraba, la culpa me carcomía, no me había dejado en paz ni un solo segundo desde que sucedió y ahora, al verla nuevamente, el sentimiento era aún más intenso, las lágrimas volvieron a acumularse en la parte trasera de mis ojos y mi pecho dolía.