Camille 2 - Carl Grimes |TERMINADA|

4. "Secreto"

Camille

Actualidad

Rabia infinita. Tristeza incesante. Casi dos años de depresión, con una herida que parecía nunca iba a sanar.

Así me sentía al estar frente a las puertas de Alexandria, después de aquel fracaso y la ira que me llevó nuevamente al santuario a ver lo que quedaba del cuerpo de mi padre y donde finalmente decidí que los haría pagar por todo el dolor que me causaron,todos y cada uno de ellos.

Empujé a Rick para que saliera completamente del bosque.

— No tienes que hacer esto Cami... Puedes volver, nada nos haría más felices...

— tengo que hacerlo, Rick. Ahora muévete. — el hombre le dió una rápida mirada a Michonne antes de obedecer.

Tara se encontraba en el puesto de vigilancia e inmediatamente nos apuntó con el arma.

— ¡¿qué sucede?!

— está bien, Tara, abre... — sonreí por lo fácil que Rick me estaba haciendo las cosas.

La enorme reja se abrió frente a nosotros, permitiéndome observar las calles, la nostalgia me golpeó pero no debía dejar que aquello me afectara.

Crucé las puertas con Rick Y Michonne siendo arrastrados por los dos susurradores detrás de mi.

El lugar no era justamente como lo recordaba, se veía ligeramente más acabado.

Segundos después una preocupada Tara apareció frente a nosotros.

— ¿qué sucede? — La pregunta fue dirigida al líder sin embargo, no respondió él.

— sin el líder, ¿quién está a cargo? — pregunté, sabiendo la respuesta, la chica me miró por unos segundos como si quisiera descifrar algo. — llamalos.

La chica volvió su mirada a Rick y a Michonne, ambos asintieron y casi de inmediato, ella salió corriendo.

Sonreí.

— Cami.. — Rick comenzó pero antes de que pudiera decir algo más tomé el pedazo de tela y lo coloqué sobre su boca, impidiendo que hablara nuevamente.

— no quiero seguir escuchando tus mentiras, Rick — lo miré a través de la piel podrida en mi rostro y luego a Michonne que parecía querer matarme. — hagan lo mismo con ella. — un pedazo sucio de tela cubrió su boca casi de inmediato. — ahora, de rodillas.

Después de una pequeña vacilación por parte de ambos, por fin lo hicieron, los susurradores colocaron un cuchillo en el cuello de cada uno.

Joder, amaba ese poder.

Admirando nuevamente el lugar, mi mirada cayó en aquel árbol a unos metros de donde nos encontrábamos.

Ese árbol hizo que tantos recuerdos inundaran mi mente.

Y maldita sea, todos eran sobre el estúpido hijo de Rick Grimes.

Sabía que volver aquí traería recuerdos, tenía que ser fuerte o me derrumbaría frente a esta gente.

No podía permitir que me volvieran débil nuevamente.

— esté lugar se ve como la mierda, Rick, ¿Qué le hiciste? — me burlé una vez que estaba en la parte más alta de aquel árbol, justamente como lo había hecho hacía un tiempo atrás.

Desde aquí realmente podía admirar todo Alexandria y sus alrededores.

— ¿Camille? ¿que haces allá arriba? — aquella voz me sobresaltó.