Camille 2 - Carl Grimes |TERMINADA|

19. "tiempo"

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Carl Grimes

El fuego había consumido por completo la cabaña, cada recuerdo, cada momento que pasamos juntos ahora solamente vivía en nuestras memorias.
Nuestra primera vez, aquél momento en el que me sentí el hombre más feliz y pleno del universo, todo había sido consumido por el fuego y solamente quería volver a sentirme de esa manera.

El sollozo de Cami me devolvió a la realidad.

Su pálido rostro estaba lleno de lágrimas, sus ojos se iluminaban por el reflejo de las llamas.

Atraje su cuerpo hacia el mío, envolviéndola en un abrazo.

— ahora vámonos de aquí, cariño, ¿has pensado en algún lugar?, ¿quizás Florida? — susurré en su oído, asegurándome de que me escuchara. Sus sollozos se detuvieron al instante y me miró a través de sus lágrimas.

—¿Florida?, ¿de verdad estás considerando...irte?,¿dejar al grupo?, ¿a tu padre, tu hermana, tu hogar? — sus ojos llenos de confusión, sorpresa, incrédula.

— mi hogar es donde tu estés, Cami.

— ¿harías eso por...mi?

Una risa sin gracia se escapó de mi garganta.

— haré todo por ti, mataré a quién sea, te protegeré siempre, estoy intentando demostrarlo...

— ¿estás seguro, Carl?, ¿harías cualquier cosa?

No había duda de eso pero no comprendía porque ella no lograba verlo.

— cualquier cosa, Cami, ¿no ves lo que acabo de hacer? — tomé sus manos mientras observaba como su rostro pálido se llenaba de color y aquella mirada inocente y sorprendida de pronto se oscureció. Ahora solamente transmitía odio, furia.

Mierda, ¿qué había hecho mal ahora?

— ¿de verdad crees que eso es suficiente?, ¿quemar una maldita cabaña? — la aspereza y furia en su voz me hizo dar un paso hacia atrás.

— yo...Cami, no comprendo, ¿qué más quieres que haga?, incluso maté a Enid, estoy dispuesto a irme lejos contigo y...

— ¡y yo maté a mi padre por ti! — gritó, su rostro se llenó de un color carmesí. Sentí mi pecho latir con fuerza y mi respiración se detuvo un instante. Ira irradiando de su pequeño cuerpo, justo como cuando había vuelto después de dos años. Giró levemente hacia un lado su cabeza, mirando fijamente mi falta de palabras y de pronto, comenzó a reírse.

— Cami... — susurré, mis manos buscaron las suyas pero retrocedió de inmediato antes de que pudiera siquiera tocarla. Su risa aumentó. Algo estaba terriblemente mal. Parecía completamente fuera de sí.

— dijiste que harías cualquier cosa por mi, Carl  — la risa desapareció como por arte de magia, su rostro sin emoción alguna me hizo cuestionar si había visto bien o si lo había simplemente imaginado.

— ¿qué...? — balbucée, sintiendo mi garganta seca. — ¿Qué quieres que haga?, vamos sé que sigues molesta conmigo, golpeame si eso te hace feliz, hazlo hasta que ya no pueda más.

Me miró por algunos segundos, parecía estar considerando mi idea. Estaba dispuesto a dejarla golpearme hasta ser un completo desastre si eso era lo que ella necesitaba pero de pronto simplemente negó con su cabeza lentamente.

— no, Carl, ¿matarías a quien sea por mi? — sus ojos se iluminaron con un brillo desconocido. Asentí de inmediato.

— joder, si, por supuesto que si lo haría pero Cami, ¿estás bien?, pareces un poco...