Pertenecer a la clase alta se consideraba un privilegio, uno del que la familia Hwang gozaba sin preocupación alguna; presumían dicha vida llena de lujos y millones de dólares a través de discursos dirigidos al esfuerzo constante de sus integrantes.
Cada una de las personas nacidas bajo ese apellido tenían la vida resuelta, no les faltaría nada y en palabras de la abuela estaba bajo su criterio estudiar una carrera universitaria o quedarse encerrados entre las cuatro paredes de sus hogares para desperdiciar el tiempo. La mayoría de sus primos habían elegido prepararse, otros adoptaron las ideas mediocres de Yeri y decidieron ser unos parásitos que solo servían para comprar cosas innecesarias con el dinero de sus padres o de su pareja.
Hyunjin estaba orgulloso de su familia, los menores a su cargo continuaban esforzándose por sobresalir en sus empleos temporales para obtener su propio dinero y sus progenitores trabajaban con alegría dentro de su empresa, todo con el objetivo de seguir en el camino correcto.
Sabía que su posición económica lo obligaba a ser la atracción principal para muchos de los alumnos con los que compartía clases, conocía a la perfección la incómoda sensación de las miradas interesadas de las omegas que caminaban en los pasillos con las bocas abiertas y no bastaba con ser su medio de entretenimiento, también lo consideraban digno de recibir los ojos fulminantes de alfas que estaban tras las chicas que lo pretendían a él.
Era una línea unilateral: el rechazo prevalecía como una primera opción y el amor como la última por elegir.
Había sido así desde que ingreso a la institución, estaba caminando hacia su aula cuando fue interceptado por un pequeño grupo de omegas que le suplicaban una cita y al negarse, comenzó a recibir acoso porque las personas no podían lidiar con su respuesta. Dejaron de verlo como un ser humano y la etiqueta de "trofeo" se coloco sobre su frente, podía sentirse superior o restregarles dicho logro a los alfas que deseaban copular con las criaturas que tenía a su poder; sin embargo, no le interesaba y jamás lo haría, comprometerse sentimentalmente no era su fuerte.
El único deseo de interacción que tenía era agradecerle a su salvador por ayudarlo en su celo.
Recordaba vagamente sus palabras, las feromonas del omega lo abrazaron como si fuese un niño pequeño y en menos tiempo de lo planeado, estaba dormido en sus brazos rellenos; lo arrullaban con amor y cariño, algo que su corazón buscaba desde hace años. Su lobo era el único consciente del fuerte deseo de compartir una relación sincera, quería que le durara toda su existencia y no lo abandonara a pesar de las circunstancias.
—Creí que tardarías más tiempo en regresar—detuvo sus pasos y expulso el dióxido de carbono de su sistema, dio media vuelta para encarar a la responsable de su posible falta con Hwasa.
Lo primero que encontró fue la sonrisa coqueta de su mejor amiga y sus brazos situados al costado de su cadera en un movimiento que dejaba al descubierto su fina cintura, ella camino con sensualidad atrayendo los ojos hambrientos de los alfas que corrían desesperados por el pasillo gracias a la hora.
—No le permitas a Jisung asesinar a tu salvador—negó irritado, acostumbrado a los celos enfermizos del omega y al odio que presentaba al ver sus acercamiento con los de su eslabón.
—¿Lo encontró?—Yuna balanceo su cabeza, cruzando sus extremidades superiores a la altura de su pecho y eliminando la poca distancia entre ellos.
La omega con fragancia a duraznos le indico que emprendieran su camino en dirección a su aula o la docente les daría un tema complejo para exponer, ninguno de los dos necesitaba eso, en especial Shin; después de múltiples intentos por capturar la mirada de la linda alfa perteneciente a la Facultad de Ciencias Exactas por fin había logrado conseguir una cita y sería ese día.
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Geyser || Hyunmin
FanfictionUn alfa puro siendo atrapado por los encantos de un beta, ¿quién lo diría? -Capítulos largos. -Actualizaciones lentas. -Omegaverse. -Prohibida toda copia o adaptación.