3. 🦊 AROMAS

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Sunoo iba en su caballo recorriendo los alrededores de la hacienda cuando vio a lo lejos a un tipo tratando mal a un muchacho, se acercó un poco y preguntó qué sucedía, cuando el tipo se giró, se dio cuenta que era Euijoo, pero al otro chico no lo conocía.

– Pregunté qué sucede, Euijoo. ¿Quién es este chico? – habló sin dejar de mirar al Omega, Jungwon se puso nervioso al tener la mirada de ese Alfa tan bello sobre él

– Es un Omega que estaba robando las manzanas, joven – respondió Euijoo

“Un Omega muy lindo” pensó el joven Alfa

– Vete, Euijoo – ordenó Sunoo sin más

– Pero, joven – replicó el Beta

– Dije que te fueras. Yo me encargo de esto. Y no comentes nada con nadie, ¿entendido? – advirtió el Alfa

– Sí, joven – se retiró

Sunoo se bajó de su corcel y caminó hacia el Omega que estaba con miedo, no sabía lo que haría el Alfa, así que cuando Sunoo se acercó, él se alejó.

– Tranquilo, no te haré nada, sólo quiero saber si Euijoo no te lastimó – aclaró, alejándose un poco al ver al Omega asustado

El Omega se quedó observándolo, pero al ver que se acercaba de nuevo a él, se alejó más.

– No te preocupes, estoy bien, además no es la primera vez que esto pasa – dijo el Omega tímidamente y con la mirada en el suelo

– ¿Cómo que no es la primera vez que pasa? – preguntó el Alfa

El Omega mantuvo la cabeza agachada.

– ¿Has robado antes? – cuestionó y el Omega asintió

– Sí, algunas verduras del huerto que tienen aquí, y las manzanas – habló sin levantar la mirada

– ¿Mis papás lo saben? – volvió a preguntar sin obtener respuesta – Mírame – pidió, quería que el Omega lo mirara

Jungwon se sorprendió al saber que ese chico tan guapo era hijo de los Kim, esa familia que lo despreciaba tanto. Levantó la cabeza, conectando su mirada con la del Alfa.

Y en ese instante, Sunoo se perdió en esos ojos tan bonitos y adorables, llenos de ternura e inocencia.

– ¿Por qué robas las verduras y las manzanas? – le preguntó sin dejar de ver sus ojitos

– Porque necesito comida para mi hermano y para mí – respondió

– ¿Y por qué no se las pides a mis papás en vez de robarlas? – cuestionó desconcertado

–¡NO! Una vez lo hice y me echaron, ellos me desprecian por ser pobre, sobre todo el señor Jungkook. Él me dijo que no quiere verme cerca de su casa, porque soy un salvaje – dijo con semblante triste

– ¿En serio mi papá dijo eso? Vaya, no me sorprende, él es algo especial. Pero yo no soy mi papá, así que... Puedes llevarte las manzanas – dijo el Alfa con una sonrisa

– ¿De verdad? – dijo el pequeño Omega, sus ojos brillaban y su aroma se sentía en el aire

– Por supuesto que sí – dijo Sunoo un poco aturdido por ese aroma tan dulce y encantador, porque sólo hasta ese momento pudo percibir el aroma del Omega: Mirto y Arándanos

– ¡GRACIAS! – dijo emocionado el Omega y se lanzó a abrazarlo, y en ese instante se percató del aroma del Alfa: Verbena y Limón. Nunca había olido un aroma tan delicioso y peculiar

Sunoo casi cae junto con Jungwon, pero supo mantener el equilibrio. El Omega se dio cuenta de su atrevimiento y se apartó del Alfa muy apenado.

– Disculpa no debí hacer eso – dijo jugando con sus manos

– No te preocupes, no me molestó – dijo el Alfa

Se quedaron en silencio hasta que el Omega habló.

– Em, debo irme, mi hermano me espera y ya me he tardado mucho en regresar

Jungwon tomó la pequeña canasta donde llevaba las manzanas para irse, entonces Sunoo habló.

– Deja que te lleve

Jungwon guardó silencio y Sunoo insistió, tomando una mano del Omega.

– Vamos, déjame llevarte, así no te irás solo y conozco dónde vives

– Está bien – respondió después de pensarlo un poco

– Entonces ven – Sunoo se acercó al corcel y Jungwon también lo hizo – Te ayudaré a subir al caballo – dijo, quitándole la canasta al Omega para ponerla en el suelo en lo que lo ayudaba. El Alfa tomó la cintura de Jungwon, quien tímido se sujetó de los hombros de Sunoo, el Alfa lo alzó, montándolo en el corcel con cuidado, sin percatarse que el muchacho estaba sonrojado por el tacto de sus grandes manos en su menuda cintura, después le pasó la canasta, la cual Jungwon puso delante de él y agarró con fuerza. Sunoo se subió al caballo detrás de Jungwon y abrazó la cintura del Omega al momento de sujetar las riendas del equino para hacer que caminara y Jungwon se sonrojó mucho más al sentir el cuerpo del Alfa pegado al suyo por la cercanía.

Durante el viaje a casa del Omega iban en silencio, pero se sentían cómodos.

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Luego de un tiempo, llegaron.

– Aquí es – dijo el Omega

– ¿Ya llegamos? – preguntó el Alfa con asombro – No sentí el camino

El Omega sólo rio.

– Bien, ahora te ayudaré a bajar – habló el Alfa y bajó del caballo, le pidió la canasta al Omega y éste se la entregó, y repitieron la acción anterior; Sunoo tomó de la cintura a Jungwon, y él otra vez sonrojado se sujetó de los hombros del Alfa y fue bajado cuidadosamente del corcel

– Bueno, debo entrar, te agradezco por haberme traído – el Omega agradeció agarrando su canasta y abrió la puerta e iba a entrar a su casa, pero Sunoo lo tomó del brazo, Jungwon se giró a ver al Alfa con su corazoncito latiéndole a mil por hora – ¿Qué pasa? – preguntó tímido

– Dime tu nombre – dijo el Alfa simplemente, viéndolo fijamente a los ojos

El Omega sonrió, mostrando sus hoyuelos – Yang Jungwon... ¿Y tú, cómo te llamas?

– Kim Sunoo – dijo con una sonrisa

El Omega pensó que el Alfa se veía sumamente adorable al sonreír, ingresó a su hogar y Sunoo se montó nuevamente en su corcel y se retiró sin dejar de pensar en lo bonitos que eran los ojos de Jungwon, tenían algo mágico, pero no era lo único en lo que no dejaba de pensar. ¿Qué dirían sus papás si se casara con un Omega de bajo nivel económico?.

Pero sobre todo, ¿qué diría su papá Jungkook cuando se entere que ese Omega es Yang Jungwon, el mismo que ha robado en su hacienda y al que desprecia por ser pobre?.


OJOS BONITOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora