La sacerdotisa descuidada y la flor pródiga.

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- Ah~ ¡Mañana inician las clases en Kumagaoka!

Este es el inicio de todo. Mes de abril. Shizuku Hanamaki es el nombre de esta chica, apenas 16 y sin nada "interesante" que contar según ella. Shizuku sólo parece sumergirse en su mente mientras regresaba a casa paseando por la sospechosamente vacía calle Kaijou tranquilamente sin nada que hacer. Hasta que pasa casualmente por el templo Shinto de Kaijou. 

- ¡CHICAS! - le grita a las jóvenes sacerdotisas que atienden el lugar, ellas dejan de barrer el recinto mientras miran a la desconocida de forma extrañada. - ¿Ahora si puedo unirme a ustedes por favor? - decía en su voz alegre mostrando el.. "traje" de sacerdotisa que estaba usando en ese momento. No se parecía mucho a lo que una perteneciente al culto Shinto usaría, ya que la de cabello castaño tenía cerebro de teflón hasta para las cosas que más le gustaban.

Silencio incómodo. Hanamaki mirando de forma inocente pero expectante a las chicas esperando una respuesta. Y... se ríen. Las dos chicas estallan de risa de forma repentina. Shizuku sólo deja salir un chillido de sorpresa. 

- Amiga... esto es tan divertido, no me había reído así en muchos días - decía una de las sacerdotisas mientras la otra seguía perdida en las carcajadas. Esto a Shizuku le deja en una expectativa más grande porque no puede entender la obviedad de la situación. - A ver... pequeñita. - se acerca a Shizuku mientras le pone la mano en el hombro para poner más énfasis en su antipatía- El Kannushi nos escogió a nosotras dos porque sabe que tenemos lo mejor para cuida este templo... tú... ni para barrer servirías. -terminó de hablar antes de pegarle un empujón y regresar al recinto no sin antes cerrar la puerta en la cara de la castaña.

- Uuuuh, par de creídas, ¡ahora recuerdo porque nunca quería pasar por esta calle! ¡Pero algún día se van a arrepentir! - refunfuñaba la chica mientras pataleaba, tiraba golpes al aire y murmuraba entre dientes para la diversión de las chicas que veían que se alejaba.- ¡Malditas! ¡Malditas estúpidas, sólo que se cuiden de mi y no me tomen en un mal día! ¡Cómo las odio! - y seguía rechinando de rabia mientras caminaba. Estar demasiado inmersa en su ira no le hizo ver que estaba cruzando la calle en el momento equivocado, cuando un auto pasaba a una velocidad no monstruosa pero si considerablemente peligrosa. Apenas le dio tiempo de voltear cuando escuchaba las bocinas sonar y sólo cerró los ojos con terror.

...



- Imbécil, sigues sin aprender que debes tener cuidado al cruzar la calle, ¿incluso así debo cuidarte?

"¿Eh" pensó Shizuku al abrir los ojos y verse tirada en la otra acera sin ningún daño. Pero lo que le sorprendió más fue escuchar aquella voz femenina increpándola. Así que movía su cabeza repetidas veces al no ver a nadie cerca suyo. 

- Tarada, mira aquí arriba, no busques en otros lados. - La voz volvió. Shizuku obedeció estando aún en el suelo y la vio. A su lado tenía a una chica de su misma edad, cabello rosa suelto, usaba un vestido blanco simple con una cuerda cómo cinturón. De ojos color miel y sin brillo, la estaba mirando de forma molesta pero curiosa aún. No podía ser ella. Shizuku no decía nada, sólo dejó salir chillidos por el impacto. "Pero... ella... ella no debería estar aquí" "Ah no no, esto ya es una ilusión mía, no es real, pensé que había superado lo pasado..." pero fue cortada.

- No soy ninguna imaginación tuya, si no, ¿cómo explicas que te salvé de ser atropellada y que estás agarrando mi mano con fuerza? - dijo la pelirrosada haciendo la vista hacia otro lado mientras la castaña recién se daba cuenta de que tomó su mano izquierda sin pensarlo.

- ¡AOI! - gritó Shizuku poniéndose de pie para abrazar con fuerza a la contraria antes de elevarla por los aires y girar con ella a pesar de que esta le pedía ser bajada de forma grosera pero sin forcejear realmente. - ¡Aoi, sigues igual de pequeña! ...¿O tal vez yo crecí más? Ah no, eso no es importante... ¡estás aquí! Pero... pensé que....

The Priestess & The FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora