Un nuevo día se presenta. Shizuku apenas abre los ojos y puede ver a Aoi sentada al borde de la cama mirando al vacío, aún es temprano por la mañana y sólo está el cuarto semi iluminado por la poca luz solar que entra en la ventana.
- ¿Aoi? - pregunta Shizuku antes de bostezar y ponerme una mano en la cabeza, casi había olvidado lo que pasó el día anterior y estuvo a punto de preguntarle a la pelirrosada por qué no había dormido hasta que lo recordó todo y se detuvo.
- Oh, buenos días Shizuku. - respondió Aoi dándose la vuelta para encarar a la otra.- No pensaba decir esto pero... gracias por dejarme quedar en tu casa y tomar posesión de tu broche de sakura, no sé que decir...
- Ah! No te preocupes Aoi, yo fui la que te pidió vivir dentro de mi broche, ¿lo olvidaste? - sonrió la de ojos azules antes de levantarse de la cama y mirar el anillo en su dedo fijamente.
"Debo portar con este anillo al menos hasta que logre encontrar a los 72 demonios para el Señor Jedidiah... así Aoi volverá a estar viva, de mi depende esto, poco me importa morir en el intento si hace falta" antes de apretar el puño con fuerza y abrir de golpe el guardarropa para cambiarse cómo rayo, tratando de adelantarse a los gritos de su madre mientras se ponía el uniforme.
- Aoi~ - dijo alegremente Shizuku una vez que se terminó de acomodar el listón en su gakuran y se acomodaba el broche de flor de sakura en el cabello.- Tú vendrás conmigo a la escuela.
- ¿¡Qué!? - gritó Aoi.- ¿Yo? ¿Acompañarte? Ni lo creas, estos tarados me van a ver y arruinarán todo.
- Pero... recuerda que puedes vivir dentro de mi broche, ¿se te olvida? Nadie te verá y no podrán sentirte si vives ahí hasta que se terminen las clases. Además... tengo una buena amiga que podría caerte bien cuando entre en confianza en ese tema~ - replicó Hanamaki, lista para salir pero sin abrir del todo la puerta de la habitación.
La pelirrosada sólo estaba callada juntando sus dedos mientras miraba hacia todos lados, menos a Shizuku. Luego de eso, suelta un suspiro y un gruñido leve, seguido de un asentimiento de cabeza y un "Idiota..". Shizuku sólo sonríe alegremente antes de erizarse por los gritos de su madre. Ella entonces abre rápido la puerta y corre por el pasillo para bajar las escaleras mientras Aoi se convierte en una pequeña llama fantasmal que entra en el broche y desaparece.
- Shizuku. - dijo Sakura, la madre de esta, con un tono extrañado mientras le acomodaba la caja de bento en la mochila.- ¿Con quién hablabas? Juro haber escuchado otra voz.
- Ah! - chilló Shizuku, poniéndose nerviosa y sin saber que hacer sintiéndose atrapada, pero trató de inventar una excusa rápida.- Con nadie... ¡estoy practicando actuación de voz para mostrarle a Sayaka lo que hago con la voz! Yo... va a ser tarde y quiero llegar a tiempo, ¡nos vemos madre!
Con eso dicho, la chica se colocó la mochila a las espaldas y salió corriendo antes de que su madre dijera algo más. Sakura sólo se quedó callada con una sonrisa antes de sentarse en el comedor para hacer la comida de Mitsuyoshi, el padre de familia, que se levantaría después. "Me gusta lo rara que puede ser mi familia" pensó Sakura, dándole una mirada al retrato familiar. Recordando las veces que le dijeron que Shizuku era una copia exacta de ella, la diferencia estaba en el color de cabello junto con sus ojos azules (heredados de Mitsuyoshi) pero lo más notable era el contraste de personalidad en ambas.
....
- ¡¡SAYAKAAAAAA AQUÍ ESTÁS!! - gritaba a lo lejos la castaña corriendo a todo lo que sus piernas le daban hasta que llegó al pórtico de la escuela y casi se desploma, aunque sólo se detiene para tratar de tomar aire al lado de su amiga.
ESTÁS LEYENDO
The Priestess & The Flower
SpiritualShizuku Hanamaki es una chica de preparatoria y pseudo-sacerdotisa Shinto. No tiene nada para contar, o al menos eso es lo que ella dice hasta que es salvada por... ¿El espíritu de su anterior amor platónico que murió injustamente? Ahora... para que...