- Ustedes buscan a un demonio... ¿o me equivoco? - sonrió este tirando la colilla del cigarro y acariciando sus descuidadas barbas mirando primero a una, luego a otra chica. Silencio total. Sacudió su mano derecha antes de levantarse su calado sombrero de copa para dejar ver un cabello oscuro desordenado - No necesitan buscar más. Me presento, yo soy Nybbas, uno de los presidentes del Infierno, comandante de 72 legiones de demonios. A sus órdenes.
Otro momento de silencio se hizo presente pero a diferencia de lo que Shizuku creyó, nadie se rió. El extraño, quién se hacía llamar Nybbas, simplemente hizo pasar a las chicas dentro de un callejón extremadamente largo y oscuro. Ellas sin saber más, accedieron y lo siguieron. Todo el ambiente era pesado y tenso, nadie hablaba y nadie decía nada. Aoi sólo podía aferrarse a la mano de la castaña, que iba detrás de ella, mirando alrededor de vez en cuando. Después del largo callejón, estaban ahora dentro de un... ¿bar occidental?.
El lugar estaba repleto de luces naranjas incandescentes y las mesas, ocupadas por gente que parecería ser adinerada, llevando trajes formales y vestidos elegantes, muchos jugando cartas, apostando, fumando, comiendo en exceso y bebiendo alcohol sin parar. Todo esto asustó a las dos extrañas que acabaron de llegar y cuando querían largarse, el hombre desconocido o mejor dicho, Nybbas, les hizo tomar asiento en la única mesa que estaba desocupada. Ahí, el tipo agarró una enorme botella de alcohol de la bandeja de los mayordomos mientras le decía lo que quería ordenar, todo esto con una sonrisa tranquila que buscaba inspirar confianza en todo momento. Shizuku y Aoi estaban calladas pero realmente nerviosas sin saber qué más hacer, sólo estaban sentadas mirando todo.
Después de unos angustiosos minutos que parecían una eternidad... Uno de los servidores puso una bandeja enorme con bastante comida deliciosa en los platos. Además de dos vasos con agua helada. Bael sólo agradeció, abrió la botella que había tomado momentos antes para comenzar a beber del alcohol directamente de la misma.
A decir verdad, las chicas no pararon de estar nerviosas todo el tiempo e incluso se llenaron con un poco de asco viendo a todas esas personas, que poco a poco parecían de todo menos humanos porque con cada acción que efectuaban se iban desfigurando lentamente. Entre esas personas raras, vieron que había una con una figura no menos que llamativa, porque estaba usando un pequeño costal de papas cómo máscara, sólo estaba sentada en una mesa sin hacer nada, no comía ni bebía. Nybbas entonces dejó de beber para volver a ellas y mirarlas fijamente.
- ¿No van a comer acaso? - habló con esa voz ronca y que mostraba somnolencia aún sosteniendo la botella de licor.
- Ay... es que ya comimos señor... - respondió Aoi de inmediato, incluso sabiendo que ella es un espíritu en esos momentos y no puede comer ni beber nada. Hanamaki sólo asintió apartando el plato mientras en su rostro había una mueca extraña.
- Pero... ¿no saben ustedes que el rechazar la comida de alguien así es algo muy grosero? - dijo el hombre del sombrero de copa antes de darle un gran trago a la botella. Esto las asombró aún más que antes.
"Aguarda un momento..." pensó la de cabellos rosados apretando su blanco pero manchado vestido con ambas manos. "Esa botella debió haberse terminado hace muchos tragos... ¿cómo es que sigue llena? ....Entonces.... eso quiere decir que este hombre es verdaderamente el que dice ser..."
"Todo esto que acabamos de presenciar... no hay porque negarlo más... estamos rodeadas de demonios y tenemos a su rey, Bael." terminó por completar Shizuku el pensamiento, tragando saliva justo cuando el demonio acabó de dar su trago. Este se acercó y antes de que pudieran hacer algo, Nybbas tomó a Shizuku por la quijada con una sola mano mientras azotaba la botella en la mesa sin romperla para el susto de las dos.
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The Priestess & The Flower
EspiritualShizuku Hanamaki es una chica de preparatoria y pseudo-sacerdotisa Shinto. No tiene nada para contar, o al menos eso es lo que ella dice hasta que es salvada por... ¿El espíritu de su anterior amor platónico que murió injustamente? Ahora... para que...