The Priestess & The Flower

El ciprés de la oración.

(Pequeña nota antes de comenzar : el vídeo adjunto es lo que Shizuku cantará más adelante, con eso dicho, la lectura puede proseguir).

Mientras la primera hora terminaba y el receso inicia, Shizuku se frota las manos abriendo el bento que su madre le preparó. No estaba sola. Tenía la compañía ya de tres personas en el salón vacío, tenía a Sayaka, a Kiyoharu y a Aoi, aunque estaba permanecía oculta dentro del broche intentando no decir nada para no arruinar todo.

- Por cierto... Shizuku.... - decía Kiyoharu sentada en un pupitre mientras bebía agua y miraba a la castaña desde arriba.- Es bastante lindo ese anillo que llevas ahí, debió ser caro... ¿o es un regalo que te hicieron?

- Es- un regalo de un amigo de la familia. Si, así cómo lo oyen, un amigo de mis padres me lo regalo hace unos días, ¿no es la cosa más genial? - dijo Hanamaki con algo de nervios mientras se apresuraba a comer lo más que pudiera ignorando a los demás. 

Silencio incómodo.

Ante esto, no pasa nada más aparentemente. Sayaka, que no ha probado bocado a pesar de que quería que llegase el receso para hacerlo, sólo se quedó mirando de forma recelosa y callada a Shizuku, primero a ella, luego a su broche de flor de sakura y... finalmente, al anillo de oro encantador en su mano, que siempre parecía relucir sin importar el ángulo en el que se viera. 

- Mentirosa.- gruñó Sayaka repentinamente, haciendo que la castaña se atragantara y casi se ahogara con la comida. Mientras esta era ayudada por Kiyoharu, la del saco verde volvió a interrogarle.- Tú a mi no puedes mentirme, Makki, tus palabras te delatan, ese anillo lo conseguiste de otro lugar.

Shizuku no supo que decir. Simplemente se quedó paralizada y sintió que el ambiente se puso tenso en cuestión de segundos. Podía escuchar a Aoi dentro del broche gritar y entrar en pánico también. Pero ya no había escapatoria, cualquier otra mentira no serviría y sólo haría que Kobayashi fuese más intensa en sus preguntas. Así que, a pesar de las fútiles amenazas de Aoi y sus insultos, la de ojos azules intentó ponerse seria.

- Me atrapaste Sayaka. Lo confieso, este anillo no me lo dio ningún familiar. Pero... - hablaba con la mayor seriedad que le permitiese su voz, tratando de no mostrar más nerviosismo del que ya estaba presente en su cara, todo mientras la pelirroja y la chica de cejas duras escuchaban con atención.- Pero lo que quiero decirles parecerá loco y hasta tonto, de eso estoy consciente... Miren... ayer me reencontré con un antigua amiga y ella necesita de mi ayuda, para eso necesité hacer un pacto con un señor al que voy a llamar Señor Rey, es cómo un vagabundo pero bueno, eso no importa, lo que importa es que con este anillo... debo traer a los temibles, poderosos e aterradores 72 demonios del infierno. - al acabar de hablar, Hanamaki tomó aire con esfuerzo antes de levantar la mirada otra vez y mirar fijamente a Kobayashi y Toraoka.

Otro silencio incómodo. 

- ¡AAAAAAH! ¡PERO DIGAN ALGO, NO SE QUEDEN ASÍ! - exclamó con desesperación viendo que ninguna de las chicas decía nada al respecto. Hasta que al fin Sayaka se mataba de risa mientras Kiyoharu sólo suspiró incómoda.

- ¡Eres tan divertida Makki, esa es definitivamente una buena historia fantasiosa! - gritó Sayaka limpiándose las pequeñas lágrimas antes de que una molesta Shizuku la sujetara con fuerza del uniforme escolar para después mirar impaciente a Kiyoharu. 

- Haru... ¿tú me crees, verdad que sí?

- Yo... - respondió Toraoka tímidamente tratando de ser amable en todo momento, mientras apartaba a una desesperada Hanamaki de Sayaka.- Yo no sé que decirte sinceramente, Shizu, lo siento. Son muchas las cosas ahí que no sé por dónde empezar.