Capítulo XII: "Veneno"

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Los Slytherins eran como veneno.

Misteriosos...

...atrayentes y...

Letales.

Lo último, sobre todo. 

Sí. 

Y eso, tanto Luna, como Ginny y Hermione lo descubrieron ese año en Hogwarts.

...

*Theo*

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*Theo*

Luna había esperado con ansias el inicio de curso, pues, si bien la carta que le había enviado a Theo en vacaciones no había tenido respuesta, al menos no había retornado sin abrir, como tampoco le había regresado el pequeño obsequio que le envió, así que supuso que habría estado ocupado. Por eso se sintió casi pletórica cuando vio a su primer amigo real en la Estación de King's Cross y alzó la mano en consecuencia para saludarlo, esperando recibir cuanto menos una mirada...

Y sí la recibió; pero no una llena de aquella cautelosa gentileza que ya conocía de él... sino que muy similar a la que recibía de todos los demás en Hogwarts, cargada de burla e incomodidad.

―Se llenarán los vagones―. Le dijo un chico moreno y entonces ambos se marcharon.

De inmediato, la ilusión de pasar el viaje al colegio con él se hizo trizas. «Quizá... », su mente intentó idear una excusa; pero se detuvo antes de siquiera terminarla. No era tonta, un amigo de verdad no actuaría así, ciertamente ella no lo haría. «Eso significa que no lo es», se dijo y en eso, el pitido del tren anunciando su partida la hizo espabilar.

Miró al tren de nuevo, soltó un último suspiro y recompuso su rostro, para luego coger el asa de su baúl, colocarse la varita tras la oreja y, con su usual expresión soñadora, dedicarse a buscar un vagón vacío. Total, ya estaba acostumbrada a la soledad.

Sin embargo, eso no duró demasiado, pues, para su asombro, terminó compartiendo el viaje con Ginny y Ron Weasley, un tímido, aunque simpático Neville Longbottom, una no tan simpática Hermione Granger y el mismísimo Harry Potter, lo que, por decir lo menos, fue un interesante inicio de curso.

De hecho, si al final del mismo hubiera tenido que escoger una palabra para describir su cuarto año en Hogwarts, sería esa: Interesante.

Había sido parte de muchas cosas importantes, como ser una miembro del "ED", haber aprendido hechizos nuevos bajo la tutela de Harry, ser retenida en el despacho de la desquiciada autonombrada directora Umbridge, aturdido a Millicent Bulstrode (que a diferencia de Goyle, quien la capturó primero, por poco le rompió el brazo), había volado en un Thestral fuera de los terrenos de Hogwarts, irrumpido en el Ministerio y enfrentado a una horda de mortífagos. Seguramente más de lo que otros magos o brujas de su edad hubieran experimentado o experimentarían nunca. Y eso, por segunda vez en su vida la hizo sentir parte de algo, la hizo sentir que tenía amigos y que no tenía que pasar sus días de estudio en completa soledad... aunque el precio terminó siendo ir a parar a la enfermería, bajo los estrictos cuidados de Madame Pomfrey.

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