Capitulo III: "Chocolate Caliente".

60 8 0
                                    

.
Draco estaba enfadado.

Pansy había estado insoportable desde el baile de Navidad y más empalagosa que nunca, preguntándole a cada momento si la encontraba bonita y siguiéndole a todas partes, ¡hasta a la biblioteca! De dónde, por cierto, acababan de ser echados por Madame Pince luego de que la pillara enrollada cual serpiente en su brazo mientras él fingía leer.

―Qué exagerada, ¿No crees? Mejor vámonos a la sala común, mi madre me ha enviado unos pendientes que adoraría enseñarte y...

―¡Ya déjame en paz!―explotó Draco―. Llevo tolerándote dos días, Pansy, ¡Ya no puedo más!, ¡No, no me pareces bonita!, ¡Odio que me sigas como la peste y ya no voy a tolerarlo!, ¿Quieres escribirle a mi madre y decirle lo que según tú pasó con Granger en el baile? ¡Hazlo!, ¡Escríbele a mi padre también si quieres y envíale saludos de mi parte; pero YA-DÉJAME-EN PAZ!

Pansy boqueó como carpa fuera del agua y no fue capaz de detenerle.

A lo lejos Draco escuchó: "¡Me las pagarás, Malfoy!"; pero siguió y no se detuvo hasta estar cerca del lago negro.

Por fin en silencio, por fin solo, ¡Por fin sin Pansy!

―Oh, lo que me faltaba. ¿Qué estás haciendo aquí, Malfoy?

Volteó enseguida y todo fue tan rápido que no pudo disimular su sorpresa al ver a Granger, sentada al pie de un árbol con un gran abrigo encima, su bufanda de Gryffindor al cuello, un extraño artefacto con cuadritos coloridos y, cómo no, un libro en la mano.

Su cabello tan enmarañado como siempre. ¿No se suponía que debía volver a ser la ardilla dentona de siempre a sus ojos?, ¡¿Por qué rayos la seguía encontrando linda?!

«Diablos».

―¿No deberías estar en tu hábitat natural, Granger?―respondió―. O con tu nuevo novio Vicky.

―¡No le digas así!―dijo Hermione, molesta―. Si no se lo tolero a Ronald, mucho menos a ti. Su nombre es VIK-TOR.

―Qué intensidad―siseó Draco, caminando hacia ella como quien no quiere la cosa―. ¿Y bien? Si tanto le defiendes, ¿Por qué no estás con él? ―le preguntó, malicioso―. ¿No será que ya se aburrió de ti?

―Está estudiando. Él a diferencia de ti, es el campeón de Dumstrang y está ocupado resolviendo lo que hará en la segunda prueba―dijo Hermione, frunciendo el ceño.

Draco sonrió más y, sin previo aviso se sentó cerca.

―Claro y como a ti estudiar se te da fatal, lógicamente dejaste a tu novio hacerlo por su cuenta―ironizó.

Hermione bufó, indignada.

―No es que sea de tu incumbencia; pero Viktor no es mi novio.

―Ah, cierto, lo olvidaba. Potty y Weasel siguen debatiendo quién tendrá la mala suerte, ¿no?

―¿Qué es lo que quieres, Malfoy? Si es molestar para sentirte bien contigo mismo, vas por mal camino. No tengo ganas de aguantar tus tonterías. Por si no lo notaste no había nadie aquí aparte de mí, adivina por qué. Quiero estar sola.

―Wohoo, alguien se levantó con el pie izquierdo hoy, ¿Eh?

―Podría decir lo mismo de ti; pero ya que ese es tu estado natural...

―Ja-Ja, muy graciosa.

Hermione curvó la boca y cerró su libro, cuidando de colocar un marcapáginas antes. Luego tomó el artefacto extraño, sacó lo que evidentemente era una taza y desenroscó una tapa, acercando la nariz al humillo y la boquilla después a sus labios. Saboreando algo que la hizo sonreír.

Historias pre-guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora