Capítulo V: "Plateado".

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¿Por qué un Slytherin había querido ayudarla? Eso todavía era un total misterio que no estaba segura de querer resolver.

Lo único real para Ginny Weasley en ese momento era que su trabajo de transformaciones había obtenido el único "Extraordinario" de la clase y que la profesora McGonagall le había elogiado frente a sus compañeros, dándole 20 puntos a Gryffindor en compensación.

¿Cómo explicarle a los demás que ese "Extraordinario" se lo debía en parte a Blaise Zabini? Ni ella misma lo terminaba de creer.

―¡Ginny! Dicen las malas lenguas que eres la honra de nuestra familia, después de Percy― escuchó y al instante, George y Fred aparecieron cada quien a un lado suyo en el sofá largo de la sala común.

―Sorprendiendo a la profesora McGonagall, ¿eh, Gin? ―continuó Fred―. No seas tan lista, nos vas a dejar mal. Nosotros que ya estábamos tranquilos con Ronniekins.

―Oh, callaos ustedes dos.

―Ya en serio, hermanita. Si comienzas con los "Extraordinarios", nos vas a obligar a hacer algo absolutamente terrible―dijo George.

―¡Catastrófico!

―¡Trágico!

Los gemelos se miraron en actitud dramática.

―¡ESTUDIAR!

Ginny rodó la mirada.

―Sutil manera de demostrar su orgullo, chicos. Sutil, en serio― ironizó Hermione, levantando la mirada del libro que leía en un sillón unipersonal, no lejos de la chimenea.

―Oh, estamos orgullosos, ¿No, hermano? ―dijo Fred, mirando a su gemelo.

―Por supuesto, hermano― contestó él―. Es solo que tenemos...

―...que cuidar...

―... nuestra reputación―dijeron ambos y chocaron los puños por encima de la cabeza de Ginny.

Hermione cerró su libro y caminó hasta ellos.

―Pues yo creo que es fantástico. Ginny no solo sacó un "Extraordinario", sino que ganó puntos para Gryffindor, sin contar que hizo un trabajo difícil en el que casi nadie obtiene la calificación máxima y menos en vísperas de año nuevo―comentó, dirigiendo una sonrisa gentil hacia la pelirroja―. Solo por curiosidad, ¿Revistaste algún material extra?

Ginny negó con la cabeza.

―Solo los libros sugeridos para la materia― contestó, aunque en su mente recordó a cierto moreno de sonrisa pícara, ayudándola, demasiado cerca de su hombro derecho.

Hermione disminuyó un poco su sonrisa.

―¿Segura? ¿Nada más?

«Más bien, alguien más», pensó Ginny; pero lo desechó de inmediato.

―No, ¿Por qué?

―No es nada en especial.

―¿Qué pasa, Granger?, ¿Son celos lo que huelo por aquí?― dijo Fred, levantándose de repente y colocándose junto a Hermione, mirándola con picardía. George no tardó en imitarlo y ocupar el lado restante de su amiga.

―Sí, dinos, ¿Cuánto sacaste en el trabajo el año pasado?

―¡Eso no tiene nada que ver!―protestó ella, un poco avergonzada.

―Oh, me parece que sí―ronroneó Fred―. De hecho, creo recordar ese trabajo en específico. El terror de tercer año en transformaciones desde hace por lo menos una década.

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