10 𖤐 dulce Seulgi

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Seulgi se sentía feliz, como en mucho tiempo no lo había hecho.

Una sonrisa gigante estaba en su rostro, recostada entre un montón de almohadas en su enorme y calentita cama. Estaba en pijama, con su cabello pelirrojo atado en una bolita, y una mascarilla de un extraño color verde esparcida en su rostro.

Los recuerdos de hace algunos días la tenían inmensamente contenta y rebosando de alegría, carcajeando dulcemente, revolcándose adorablemente entre el montón de sábanas y con el corazón calentito al memorizar con detalle todos los besos que Taehyung había repartido en su rostro, todas las cosas bonitas que le había susurrado con cariño y cada uno de los abrazos que, gustoso, le había regalado aquella tarde.

Su sonrisa cayó un poco, recordando la molesta presencia de cierto azabache, y el momento en que sus ojos captaron cómo abrazaba a su preciado novio, y este se dejaba hacer muy, muy contento para su gusto.

Sacudió su cabeza, eliminando momentáneamente esas cosas que no tenía sentido recordar por ahora.

Estaba feliz, que era lo que le importaba.

Después de mucho tiempo, muchos deseos a estrellas fugaces, deseos de once y once, quitar pétalos a bonitas flores para hacer cada que podía un "me quiere" o "no me quiere", estallando de felicidad cuando el universo parecía darle una oportunidad de ser amada por él, y suspiros antes de dormir, al fin Taehyung la quería. No podía sentirse mejor.

Lo sintió, lo hizo completamente, sintió su corazón llenarse ante la atención que su novio le dio, después de un largo lapso donde todo eran vergüenzas y discusiones.

Por primera vez, no se sentía una carga para él. Sentía que Taehyung no se avergonzó de ella ni de las bobadas que solía hacer, todo, por tener unos minutos de la atención del mayor, sin importar que fuera para darle ligeros regaños, que después compensaba con dulces besos.

Todo aquello había parecido cambiar cuando Jungkook entró en sus vidas. Su relación estaba completamente "bien" sin ese detestable chico de lindas intenciones.

Sabía de él, claro que lo hacía, todo mundo parecía encantado con su dulce personalidad y atractivo físico, pero nada que ella no pudiese superar en segundos.

Al menos así era, porque el día que lo conoció, en aquel café donde sólo quería disfrutar de una rica bebida, no le había prestado atención. Pero cuando Jungkook le sonrió, y ella sintió que alguien se estaba fijando en lo que era y sentía, sintió su orgullo pisotearse cuando el lindo chico negó haberle estado coqueteando o algo similar.

Se sintió humillada con sí misma. Tal parecía que ya nadie la notaba, ni siquiera su propio novio.

Sin notarlo, su sonrisa ya no estaba en su rostro, y había dejado de retorcerse de alegría, permaneciendo quieta, abrazando contra su cuerpo un enorme peluche de cachorrito.

Esa misma linda almohada había sido obsequio de Taehyung por su primer mes de noviazgo. Tan lindo, tan detallista.

Recordaba con frescura ese día. El solo pensar en él le hacía sentir miles de mariposas revoloteando en su estómago.

Su sonrisa volvió ante ese pensamiento, encendiendo su teléfono para corroborar que era hora de lavar la mascarilla, chillando contenta cuando la pantalla le mostró una notificación de mensaje por parte de su novio.

TaeTae Osito ♡

también te amo, mucho mucho, bebé, nos vemos mañana en clases, muuaaa 💕

Aquel sencillo gesto la tenía tirando gritos de emoción por toda su habitación, riendo tontamente ante lo feliz que se sentía.

Casi tres días con Taehyung siendo totalmente lindo y atento con ella eran suficientes para hacerle tener la gigantesca esperanza de que su relación estaba segura y salvada.

bonito ʚɞ taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora