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" Igual de cálido. . . "
Pensó para si mismo el rubio de mechas rojas luego de que ese duro tronco dónde se aferraba con fervor de no caerse se hubiera convertido en un tacto suave y protector, le encantaba ese sentimiento que surgía tras el abrazo del extraño, le derretía su calor corporal y ni hablar de lo cosquilludo que le ponía su aroma, eso sin dudas provocó que la cola del zorrito se volviera más rápida en movimiento y se esponjara más de lo que era. — Quiero más . . .— Murmuró alzando lento su rostro dirigiendo el mismo hasta el cuello de la luna, era algo tan atrayente que sin pensarlo abrió su boca y le clavo los colmillos como a una manzana, solo que sin arrancar nada y quedándose allí pegado sintiendo por primera vez el sabor a sangre.
Por otro lado Akasa por supuesto estába tan lleno de irá que las palabras de su amado habían pasado a segundo plano, lo importante ahora era deshacerse de los intrusos que no dudarían en traer refuerzos o eso pensó hasta sentir algo aferrándose a su cuello provocando una reacción eléctrica por todo el cuerpo del cabellos rosados
“ . . . ”
— Kyo-kyojuro ¡! . . . ¿ T-te encuentras bien?— Dijo casi en un gran chillido cosa que sorprendió bastante a los cazadores ¿Que estaban mirando? No hace unos segundos que esa luna los miraba con mucho odio y ahora estaba sonrojado y pareciendo tímido, debía ser una broma.
Era rica, era perfecta, era tan deliciosa! Los ojos tiernos del pillar ahora se tornaron demoniacos, con su pupila cuál gato en una enorme furia y sus garras crecían más, solo con el propósito de lastimar y sujetar a su presa. Claro ya se le había hecho muy extraño que un demonio recién hecho no atacará a los humanos en cuanto se despertó como muchos otros. Aunque debía admitir que también era bastante extraño para pensarlo, talvez aún mantenía sus ideales muy en lo profundo de su corazón, bueno, eso era mejor para Akaza quien había hecho una promesa antes de llevar a kyojuro con muzan para salvar su vida, sin importar que, no podía dejar que comiera o lastimara a cualquier persona sin importar que, no lo permitiría Akaza.
— Kyojuro tranquilo, puedes tomar todo lo que quieras pero primero debo encargarme de las " visitas"— Suspiro junto una enorme sonrisa la misma que desapareció en cuanto noto los movimientos de los cazadores. Ambos habían arrojado flores de glicinas, no era la gran cosa para una luna como Akaza pero sin duda si que podían lastimar el olfato de kyojuro y eso sí no . . . no, no, no, no te puedes meter con su amado sin recibir una gran . . . " compensación".
En un abrir y cerrar de ojos ambos demonios habían desaparecido de las vistas humanas, el más viejo cazador estaba a nada de voltear para alertar a su hijo cuando de un solo movimiento salió disparado, avanzo cuatro metros cuando con un árbol su delicado cuerpo se estrelló y este estallara quedando un gran charco de sangre y órganos esparcidos por doquier no le dió tiempo de ver lo sucedido cuando su hijo tuvo el mismo destino que su padre, fue duro de ver para los pequeños niños y la madre de ellos que veían con terror la escena, su esposo y suegro habían muerto ¿Seguían ellos? Que impotencia no podría proteger a sus hijos de ese mounstro, tan solo cerro sus ojos y se aferró al pequeño cuerpo de su bebé que en brazos llevaba.
