Capítulo 2

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El miedo y la ansiedad hacen que mis instintos estén atentos a lo que hay a mi alrededor. Miedo a que mi pueblo esté herido por la estupidez de alguna tribu que se le ocurrió la tan brillante idea.

Y algo me dice que son los de Hielo. Agua y Bajo Tierra jamás serían capaces de eso. La otra opción sería Montaña, pero no sabemos mucho de ellos, así que lo dudo. Lo más probable es que sean los impulsivos de Hielo que están en la ruina misma.

Se supone que están intentando controlar el ataque, pero hay algo que no me cuadra en el aire.

No sé cómo explicarlo, pero es como si el aire estuviese más frío. Eso confirma mis sospechas de que son los de Hielo los que están por aquí. A veces me preocupa el nivel de subnormalidad de Sam. Hay muchas cosas que no entiendo de este ataque ridículo, pero lo que menos entiendo es porque no hay ni una sola parte de las estructuras o del suelo con hielo y eso es raro, solo el ambiente está frío.

—¿Dónde están, Jefferson? –Le pregunto al guardia que vino a mi búsqueda y me está llevando hacia los atacantes.

—Deberían estar aquí.

Algo en su tono de voz me hace sospechar.

Más estupidez y subnormalidad por aquí, en definitiva estoy rodeada de estúpidos.

—¿Cómo que deberían? ¿Acaso no sabes dónde están? –Subo una de mis cejas.

De paso de idiotas, creen que me pegan su estupidez.

—Lo siento, heredera.

Lanza un rayo de su poder, cosa que hace que de pronto esté en una jaula de tierra.

De pronto, veo salir a los atacantes de dónde estaban escondidos. Todos me están rodeando, aparecieron los subnormales mayores.

Bueno, ya basta de confiar en gente como Jefferson.

—Pero miren a quién tenemos aquí –Escucho la voz del estúpido mayor –. La gran heredera de Tierra enjaulada como un animal.

Ruedo los ojos. Me repito que no todo el mundo es tan subnormal como el hombre que tengo al frente.

—Tan grande es tu confianza en que puedes vencerme peleando que me acabas de encerrar. –Lucho con las inmensas ganas que tengo de reírme en su cara.

Cada día que pasa con nuestra situación, la gente deja de pensar y piensa con la magia, y no es como que la magia sea muy inteligente...

—Addy, haz un favor al mundo y cállate. Dentro de poco Tierra no tendrá nada, es mejor que vayas pensando en soluciones para eso. –Lucho con las ganas de rodar los ojos, intento actuar como si no estuviera planeando algo que dejará como un bufón a Sam.

—Que medidas tan bajas tienen que usar los de Hielo para poder sostenerse, ¿No era más fácil pedir ayuda? Oh, espera –Me adelanto a decir cuando veo que quiere replicar –. Cierto que ustedes no suelen pedir cosas, sólo las toman y destruyen, casi se me olvida.

Su expresión me dice lo que necesito, le toco las pelotas lo suficiente para distraerlo de mis manos.

—Addy, intento ser bueno contigo, solo cállate un rato. Te dejaré en manos de tu fiel soldado Jefferson, nos vemos. –Se empieza a dar la vuelta, pero mi voz lo detiene.

—¿Sabes, Sam? –Pronuncio su nombre lentamente –. Hay varias cosas que se te olvidan, como por ejemplo, la barrera.

No se muestra muy feliz de mi pequeño recordatorio.

—No la puedes abrir, solo la pueden abrir mis padres y yo; y adivina, solo estoy yo. –Sin poder evitarlo me río.

Sam, Sam, Sam.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora