Capítulo 33

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Addy.

Dar malas noticias siempre ha sido lo agridulce de ser de Tierra, cuando la gente muere y no hay nada que hacer siempre es doloroso y difícil comunicar eso a la familia. Siempre he creído que la muerte es algo que no se retrasa, pero en este caso me gustaría que lo hiciera. Un bebé, un puñetero bebé que no tenía la culpa de nada ha muerto dejándonos tristes por lo inesperada y contundente que puede llegar a ser la muerte.

Todavía ronda por mi mente el dolor de Rosaline y Ted, creo que es algo que me perseguirá por el resto de mi vida.

Acostada en mi cama intento pensar en todo, en cómo las cosas han cambiado tan rápido para cada uno de nosotros en tan poco tiempo. De tan solo pensar en que hace meses atrás sentía cosas por Ted, quería a Ted en mi vida, pero eso no sucedió. Ahora tengo a Evan, un hombre que me hace sonreír y del hombre al que le quiero huir por miedo a salir mal parada.

Pensar en Evan me causa un sentimiento agridulce en mi pecho. He notado sus indirectas sobre estar juntos, y aunque es totalmente normal en Triría esto, me da miedo que no funcione.

¿Y si tal vez no estoy segura de mis sentimientos y juego con él? Soy cruel, pero no tanto para jugar con los sentimientos de una persona que me quiere.

La puerta de mi habitación se abre y por ella entra Evan, se le nota cansado al igual que todos después de ésta noche que no tiene pinta de acabar pronto. Lo observo prepararse con rapidez para luego acostarse a mi lado en la cama.

Ambos estamos boca arriba pensando, este día no ha sido normal.

—¿Cómo los dejaste? –Pregunto después de un rato en silencio.

—Los dejé con Sam y Alma, aunque creo que ellos se irán a dormir en cualquier momento. –Asiento, aunque sé que no me ve.

—Lo que sucedió me hizo pensar. –Parece que eso llama su atención porque de inmediato se voltea mirándome con fijeza.

—¿En qué piensas?

—En que es probable que estemos en los últimos días, y no quiero que el mundo se acabe sin poder decir lo que siento –Inhalo, debo decirle adiós al miedo y confesar –. Me gustas, más de lo que pensé que podría sentir, pero lo haces. Me jode, pero me gustas muchísimo.

Su sonrisa se hace presente.

—Me alegra que te dieras cuenta. A mí también me gustas, me encantas. –Sonrío. Él se acerca hacia mí hasta que estamos totalmente cerca.

Puedo notar la profundidad de sus ojos grises. Evan es más de lo que podría pedir, no estoy segura de que algún día pueda llegar a merecerlo por completo.

—Addy, sabes cómo es la tradición.

—Lo sé. –En cuánto lo digo él se levanta de la cama en busca de algo.

Pasa un rato hasta que encuentra lo que buscaba. Su anillo de heredero.

Esto no me lo creo.

Me siento en la cama en cuánto noto sus intenciones. Evan se hinca de rodillas ante mí.

—Addy, me encantas y eres una malcriada que me sorprendió desde el primer momento en el que te conocí a profundidad. Llevo semanas pensando en cómo hacerlo y pienso que esta es la mejor manera, ¿Quieres casarte conmigo?

Aunque ya sabía lo que iba a pasar me dejó impresionada. ¿Realmente quiero esto? A la mierda, lo quiero.

—Acepto. –Sonrío en cuanto se levanta y me coloca el anillo en el dedo anular. Evan se acerca a darme un beso que por supuesto correspondo, nuestros labios se mueven en sintonía de manera lenta causando millones de sensaciones en todo mi sistema.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora