Ꮲꭱꮻ́ꮮꮻꮐꮻ

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Al pasar las páginas debía sacudir la fina capa de polvo que se esparcía cerca de su rostro, aún así sus intentos de no seguir estornudando fueron en vano; un libro antiguo dedicado a relatar el asentamiento de la Casa Royce en Runestone, y su relación con la Casa Arryn. Su deseo de indagar más sobre las tierras que lideraban ambas familias, se debía a que intentaba descubrir cómo un Dragón cómo Daorxalli, había  permanecido allí durante un tiempo considerable. No era la primera vez que leía sobre Runestone, pero era diferente ahora que contaba con Maestres capacitados.

—Me está dando migraña.

Dejó escapar un suspiro de resignación. Entornando su mirada hacia el abrumado Lucerys, quién había sido encargado de realizar un mapa sobre Eagles nest (Nido de Águilas). Era entendible su cansancio tras pasar toda la mañana y lo que quedaba de la tarde, dedicado a la cartografía. Además, ella era la culpable del sufrimiento del menor, y no se arrepentía.

—Solo recuérdame el porqué elegiste de nuevo la lección de hoy.

—"No es necesario saber sobre otros Reinos, o familias importantes. Estaré todo el día echado en mi barco, y bebiendo vino hasta volverme tan inútil como Jacaerys"— recitó con voz chillona, sus ademanes imitando el comportamiento del menor le hicieron bufar.

—Estoy intentando relatar la historia de la Casa Royce en Alto Valyrio, ¡cállense!— repicó el nombrado, alejado de la mesa de estudio dónde se hallaban sus hermanos. —Bien...

Jacaerys nunca estaba conforme con su pronunciación, por lo que todos los demás debían soportar escucharlo durante cualquier clase que incluyera su lengua materna.

—Nunca dije eso—. Aludió el menor, volviendo a la conversación, alzando su barbilla y al recibir la mirada de reproche de su hermana, regresó apenado su atención a su trabajo. —Lo primero sí— admitió cabizbajo.

—Aprender sobre lo que construye nuestra historia, nos hará conscientes de lo que en un futuro cambiaremos.

—No quiero cambiar nada. Solo volar sobre mi dragón hasta desaparecer de Westeros.

Una fina línea formaron sus labios al no poder entender la infelicidad del menor sobre su futuro, que comparado con lo que le deparaba a ella, era un dictaminado lleno de lujos y buena vida. Dudó en proseguir con el tema tan tedioso para él, pero debía seguir intentando por su bien.

—Pero, piénsalo. Jace esperará por el trono, un poco aburrido. Tú, en cambio, irás y vendrás junto a tus barcos disfrutando de una vida de aventuras. Tal vez, encuentres nuevas tierras con diferentes culturas, o te enfrentarás contra quienes intenten ingresar... sugiero que sigas entrenando para estar preparado— su rostro se iluminó al imaginar al menor siendo el nuevo Rey del mar, teniendo una vida digna de un aventurero.

Recreó en su mente todo lo mencionado por Valyria, escena tras escena que solo lograban revolver su estómago ante el temor de gobernar semejante tripulación.

—Deja de asustarlo niña.

Reprendió el mayor de los Targaryen avanzando hacia ellos con una sonrisa llena de diversión.

—No lo hago, Luke está seguro que...— cuando miró al nombrado, notó la expresión de temor que hacía que su mano apretara el grafito con fuerza. —Está un poquito pálido, pero se le pasará.

—Creo que devolveré todo el almuerzo.

Daemon posó sus manos sobre los hombros de Lucerys, dándole un pequeño masaje reconfortante. —Un hombre con el dominio sobre la sabiduría, es un ser superior a los demás. Se es más aplaudido por saber, que por vencer. Estudiar la historia de los Siete Reinos te conecta con los sacrificios que fueron hechos para hacer crecer a la Antigua... Ciudad—. Selló sus labios al interrumpirse a sí mismo, no era de buen gusto mencionar el nombre de la Ciudad que había sido expuesta ante su conocida maldición, frente a su hija. —Por supuesto, que no aprenderás sobre todas las batallas que libraron tus antepasados, en solo un día.

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora