𝙰𝚗𝚍 𝚢𝚘𝚞'𝚛𝚎 𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚒𝚗𝚐 𝚘𝚗 𝚝𝚑𝚎 𝚎𝚍𝚐𝚎 𝚏𝚊𝚌𝚎 𝚞𝚙
𝙲𝚊𝚞𝚜𝚎 𝚢𝚘𝚞'𝚛𝚎 𝚊 𝚗𝚊𝚝𝚞𝚛𝚊𝚕
(𝙉𝙖𝙩𝙪𝙧𝙖𝙡, 𝙄𝙢𝙖𝙜𝙞𝙣𝙚 𝙙𝙧𝙖𝙜𝙤𝙣𝙨)
Esquivaba torpemente los golpes de Rheiner, su último contrincante, mostrándose exhausta a causa de la ardua instrucción de cuerpo a cuerpo. Aunque respondía con fuerza, su energía era desperdiciada cada vez más al intentar alejarse del azabache.
Una de las manos del mayor quedó en su espalda baja apresando su brazo, haciéndola chillar del dolor, y la otra se mantenía en su cuello para que lo mirara a los ojos.
—Aguanta la respiración antes de atacar, o no estarás haciendo nada. Mantén tu cuerpo firme, pero dóciles tus brazos para defenderte con mayor facilidad—. Su aliento chocaba contra el rostro contorsionado de dolor, y furia de la jóven. El silbido proveniente de Daemon le hizo saber que no debía detenerse, no hasta llegar más allá de los límites de su hija. —¿Seguirás llorando? ¡El tiempo que desperdicias es demasiado valioso!
—Tu aliento no ayuda.
Sus piernas flaqueaban ante los gritos del azabache, sintiéndose débil ante la idea de que el dolor solo aumentaría si no pensaba en cómo salir de esa situación. Hacía un mes que el entrenamiento de lucha había aumentado en todo sentido, volviéndose más tedioso, violento, y denigrante. Podía escuchar la respiración irregular de Rheiner, veía como sus ojos iban de un lado a otro esperando por algo, pero parecía desprender esa seguridad de que ella no actuaría.
Sólo debía sacarlo del círculo.
Era su oportunidad.
Tensó la mandíbula, juntando fuerzas al estirar su cuello y dar un golpe con la cabeza contra la frente del hombre. Alzó su pierna lo suficientemente cerca de su altura, dándole un rodillazo en el abdomen, seguido de un puñetazo en el mentón. Por último, esquivó sorprendida como casi el azabache golpeaba su rostro, así que en respuesta le dió una patada en uno de sus costados logrando sacarlo del espacio.
ESTÁS LEYENDO
𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐋𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘
Fanfiction𝐏𝐋 | Audaz, inteligente, curiosa, manipuladora, con una prominente y antigua belleza destacante de los Targaryen. Era lo que se escuchaba de quienes habían compartido algunas palabras, o un simple saludo, con la Princesa Valyria. Aemond, no era qu...