CAPÍTULO 4: ¿Quién es él?

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- ¿Kira?- me llamó el profesor

- PRESENTE -dije

No me había enterado de que estaban pasando la lista...

-¿En qué estabas pensando?- me preguntó Ayla

-En nada...

-¿Cómo que en nada?, si estabas empanadissima mirando a Caleb.

-¿COMO?

No me había dado cuenta de que le estaba mirando fijamente.

-No es lo que estás pensando ahora mismo, es solo que trato de averiguar por qué se aleja de las demás chicas y de mi no- dije con intención de que no descubriera que me gusta aunque creo que ya lo ha notado...

Aunque ahora que lo pienso...

-Será porque le hayas gustado- dijo convencida

-Pues espero que no sea en el sentido de enamoramiento...

-Quien sabe- puso cara de que es obvio

Después de que se acabaran las clases, me despedí de Ayla con un abrazo y salí del instituto con prisa para no ver a Caleb, aunque me sabe mal..., pero no quiero despedirme de él con mi cara de tomate, mejor le escribo y le digo que tenía muchísima prisa por llegar casa y ya. De igual forma siempre vienen dos autobuses y me cogeré el primero para que no vayamos en la misma.

Al regresar a casa, mi abuela dejó preparada la comida sobre la mesa y por lo que veo, también una nota.

Me acerque para coger la nota y ponía:

Te he dejado ya la comida preparada como puedes ver, llegaré un poco tarde ya que he quedado con unos viejos amigos y después iré al supermercado a comprar comida., No te preocupes por mí estrellita mía que te conozco. Siempre vas al supermercado a comprar la comida por mí pero no quiero molestarte más y he decidido ir yo, de seguro tendrás que estudiar y hacer trabajos, te quiero muchísimo y nunca dejaré de decírtelo estrellita mía...

No me lo puedo creer, las veces que le dije que no me molestaba en lo absoluto en ir a comprar comida y hacer todas las tareas diarias que siempre hacía antes, como le pase algo será mi fin, en cuanto regrese le diré un par de cosas y espero que no vuelva hacer la compra ni nada disparatado con los años que lleva.

Cuando terminé de comer, lavé todos los platos y subí a mi habitación, dejé mi mochila y me puse música clásica mientras hacía un trabajo de filosofía.

Mientras hacía el trabajo, me llegó una notificación en el móvil, y como no, era Caleb.

-¿Estás en casa?-me preguntó

-Sí y lo siento por no haberme despedido, tuve muchísima prisa en irme -le dije

-No te preocupes, me alegro que hayas llegado bien a casa, solamente quería decirte que si te apetece, quedamos este fin de semana en una cafetería y así pasamos más tiempo juntos, siempre y cuando puedas y quieras claro.-dijo

-Me lo pensaré.

-Estaré esperando tú respuesta <3.

Vale, ahora sí que no sé en qué pensar, ¿Voy o no voy?, mejor se lo preguntó a Ayla a ver qué opina.

Mientras tanto sigo con este trabajo porque por desgracia él solito no se va hacer.

Al día siguiente, me levanté, me vestí y después de desayunar le di un beso a mi abuela y a Dalton y fui a coger el autobús como siempre pero está vez temprano.

LAS NORMAS DE LA MANSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora