LAS NORMAS DE LA MANSIÓN

CAPÍTULO 11: QUEDADA

Mientras las tres estábamos haciendo nuestras partes del trabajo, de repente empezó a sonar un móvil.

-¿De quién es el móvil que está sonando? -preguntó Ayla

-El mío... -dijo Jeimmy

-¿Pero no dijiste que no tenías móvil? -le pregunté

-En ese momento no lo tuve pero ayer fui a comprarme uno -dijo Jeimmy mientras respondía a la llamada -Dime.....voy a tardar bastante.....vale.....pues recógeme a las 20:00....ok chau -colgó el móvil

-¿Quién te va a recoger? -preguntó Ayla mientras seguía con su trabajo

-Mi hermano, le he dicho una hora en concreto porque sino vendría a por mi en cualquier momento y no es plan, pero si acabamos con esto antes y no hay nada más que hacer, le llamo y digo que me recoja antes o en caso contrario, más tarde -dijo mientras volvía con su parte

-¿Y cómo es tu hermano? porque se nota que se preocupa por ti -dijo Ayla

-Mi hermano es sin duda el mejor hermano que he podido tener, es especial y estoy agradecida de tenerlo, muchas veces no le muestro lo mucho que le amo porque no sé como mostrárselo... y estoy también agradecida por la paciencia que tiene conmigo, por las veces que ha estado ayudándome en todo, tanto en las materias como en cualquier cosa, además, él me ha salvado muchas veces ya que yo tenía planes suicidas y cuando estaba a punto de quitarme la vida, llegó justo a tiempo e impidió que lo hiciera, recuerdo en ese momento como temblaba su cuerpo y empezaba a llorar..., nunca había visto a mi hermano en ese estado y empecé a sentirme culpable por ello, nunca había pensado lo mucho que me quería y se preocupaba por mi. Ahora gracias a él tengo una razón para seguir viviendo pero ahora estamos pasando por una situación bastante complicada y he llegado a escucharle en su habitación de que no podía más con su vida y que quería morir, ya que siempre que pasamos por esa situación, mi hermano es el que más sufre de mi familia... y llego a mostrarle mi apoyo e intento hacer que se sienta bien pero ahora veo cada día como desaparece esa sonrisa y temo que esa sonrisa se extinga, solamente sonríe para mostrarles a los demás que esta bien, pero esa sonrisa es falsa y ya hace días que no le veo reír y sonreír cada vez que llega a casa. Si llega a desaparecer de mi vida, tengo claro que me iré con él, porque no tendría más razones para seguir viviendo... -dijo Jeimmy mientras tenía la mirada perdida

-Dios mío...lo siento muchísimo, tú y tu hermano sois muy fuertes, es increíble el apoyo que os dais el uno al otro, espero que los dos juntos lo superéis -dijo Ayla mientras se levantaba de su sitio para darle un abrazo a Jeimmy

Yo también me levanté de mi sitio y me uní al abrazo.

-Gracias chicas -dijo Jeimmy mientras sus ojos se cristalizaron

Después de haber estado hablando durante un pequeño periodo de tiempo, nos pusimos en marcha con el trabajo.

-Hola chicas, perdonad que os moleste, aquí os dejo algo de picar -dijo la madre de Ayla con una sonrisa

-Muchas gracias -dijimos las tres a la vez y posteriormente nos empezamos a reír por la coincidencia

Después de estar 3 horas haciendo el trabajo, por fin acabamos.

-Dios...que bien se siente quitarse un peso de encima -dijo Ayla mientras se estiraba

-Y tanto que sí -dije

-¿Y ahora qué? -dijo Jeimmy

-Como ya hemos terminado con el trabajo, ¿por qué no nos tomamos un pequeño descanso y hablamos de más cosas? -dijo Ayla con entusiasmo -Claro, si os parece bien, yo propondría ir a una tienda, compramos algo para beber y luego nos vamos a un parque que hay aquí al lado -dijo Ayla