Capítulo 4

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CUENTOS DE TERROR


—Una víbora... ¡es una víbora...! —Grita se pone de pie de un salto y sale corriendo, y dodos los demás corren detrás de ella por el susto que les provocó la serpiente.

Al cabo de unos minutos se detienen, Terry nunca soltó la mano de Candy y Archie sostiene a Annie que la invade el pánico y de milagro se sostiene de pie.

—Están bien —pregunta Candy, y comienza a nombrarlos Annie, Archie Jensen, Eliza...

—Sí, contestaron los primeros dos. Jensen, cariño, mi amor... ¡Jensen...! ¡Eliza...! Los llamo buscándolos con la mirada por todos lados, Terry nuestro hijo no está con nosotros.

—Tranquila pecosa, debió correr hacia otra dirección, vamos los buscaremos no deben de estar lejos —dijo él, con voz tranquila, pero en el fondo angustiado por su hijo, a esta altura ya no entiende si lo que pasa es real o no.

—¿Aún crees que esto es una broma Graham? Porque yo ya no sé qué creer, esto apesta, quien sea que lo planeará es un demente —dice Archie.

—Sí, debe de ser alguien que me odia, y no podemos culpar a los Lagan, ya que Eliza se encuentra aquí, y por favor mantengamos la calma y usemos la lógica esto es una ilusión, es imposible que sea real.

—A mí no me parece una ilusión Terry, recuerda que el mal existe —asegura Annie.

—No es momento de pensar en eso querida, mejor busquemos a muestro sobrino y a Eliza, ya quiero irme —comenta su esposo.

—Sí Annie, mejor piensa en cosas buenas encomendémonos a Dios y todo saldrá bien, ya verás —dice Candy.

Las dos parejas continuaron con la búsqueda ¡Jensen! ¡Eliza! ¡Jensen cariño! Hijo... responde por favor. Mientras tanto la noche avanza y se acerca la media noche y las ramas de los árboles comienzan a crujir, y parece que las sombras toman vida propia. Candy vio un anciano que se desvió por una vereda y se alegró que por fin vio señales de vida, ella corrió detrás de él.

—Espere, espere por favor, quizás usted es el administrador, estamos perdidos y buscamos un joven y a una mujer de mi edad, ayúdenos.

El anciano no contestó, pero se detuvo un momento, y señaló con el dedo una vereda y continúo su camino.

—¡Espere! —insistió Candy, pero fue en vano porque en un parpadeo perdió de vista al hombre mayor.

—¡Candy no te alejes! —gritan los demás detrás de ella.

—Tenemos que encontrarlos.

—Todos queremos lo mismo —contestaron ellos, pero debemos de permanecer juntos, esto es más que una broma de mal gusto.

Annie siente que le rozan el hombro, pero se aferra al brazo de su esposo y evita mirar para comprobar su intuición.

—Archie siento que alguien me toca y me mira —dice al no soportar más la aterradora sensación.

—Annie querida, eso no es posible, debe de ser la tención no permitas que el miedo se apodere de ti —recomienda él, aunque también esta aterrado.

Un espanto se manifestó —continúas siendo la misma mustia mujercita, que vergüenza— el aire sopla y todos escucharon el murmullo, una sombra oscura los rodea y una mujer robusta vestida con una túnica blanca los observa, ellos sienten la mirada, pero no pueden ver el rostro de la mujer. Candy se abraza a Terry, Annie a Archie los cuatro presencian el fenómeno, pero a la vez no dan crédito, quizás son las sombras, el ruido del viento o el miedo que se apodera de ellos cada vez más.

—Deberíamos rezar —sugiere Candy y procede.

Padre nuestro que estas en el cielo... señorita Pony, usted se encuentra en luz, protéjanos con el círculo devino Anthony, Stair... ilumínanos el camino, Dios protege a mi hijo y a Eliza, Santa María madre de Dios, libéranos del mal.

—Ayúdenme no solo miren—. Ordena Candy.

—Lo insolente no se te quita Candice, me pesa que la familia cargue contigo hasta la muerte, aunque nunca te comportes como una verdadera Ardlay... boo...

—¿Que fue eso? —cuestiona Archie aterrado.

—Archie... mi querido sobrino ¿eres tú? Archie hijo... busco a tu hermano y a Anthony, pero no los encuentro, Archie mi niño...

—¿Tía eres tú? Esto no es posible debo de estar delirando los muertos no hablan. Annie obedezcamos a Candy y oremos, Santo Dios, Santo fuerte que el círculo de la luz nos proteja —Archie... sobrino ingrato y desobediente—

Escuchó él de nuevo, y elevo la voz ¡Santo Dios, Santo fuerte! que el círculo de la luz nos proteja, esto no puede estar pasando, que las animas del purgatorio no se escapen y que nos dejen en paz.

—¡Ingrato...! como puedes desearme que siga en la oscuridad y desolada, Archie tú eres mi sobrino—

Santo Dios, Jesucristo bendito, aún escucho el murmullo, esto es producto de mi imaginación, Annie rezar por favor que mi rezo no está funcionando; la sigo escuchando.

—Creo que así no se reza cariño, estas repitiendo las mismas palabras.

—Entonces ayúdame tú, que vas más a la iglesia que yo.

—Dios por favor ayúdanos a salir de esta— continúo ella, pero entre más pasa el tiempo más cosas suceden.

—¡Silencio! Qué vergüenza con ustedes, hasta los hábitos de buenos cristianos han olvidado —se escuchó.

—Esto es una ilusión, deberíamos rezar y avanzar tenemos que encontrar a Jensen —sugiere Terry escéptico a lo que ve, para él es un escenario bien montado.

—¡Papá! —Se oye a lo lejos.

—¡Maldita! —resuena otra voz.

—Hijo ¿dónde estás? ¡Jensen! ¡Eliza! —los llamaron, pero no escucharon respuesta.

El viento levanta las hojas secas en forma de remolino y suenan ruidos huecos creando eco, parece que un caballo a todo galope impacta el suelo con los cascos a su paso, pero ellos lo único que ven es una nube de polvo, el grito de Jensen se escucha de nuevo —¡papá, mamá!— seguido del chillido de una carreta.

—Allá está, Jensen mi amor, hijo... —gritaron los padres.

Ellos corrieron en dirección a él, que parecía cerca, pero no fue así, y lo más extraño es de que Jensen esta sobre la carreta que aparentemente flota en el aire, y el chillido de esta es espeluznante.


Sisiente....


La invitación OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora