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-- Yo solo quería que Souya te olvidara, no quería que muriera...-- Susurró Nahoya.

-- Tampoco quería que muriera...-- Lo interrumpió el joven.

El príncipe lo miró de reojo, soltando un leve suspiro fue que se levantó listo para irse.

-- Tienes 2 días, disfruta la poca estadía que te queda.-- Sentenció serio.

Rindo se quedó ahí acostado pensando en eso, el saber de su muerte le quita las mínimas energías que conserva.

En otra parte del reino, los trovadores y amigos de Souya que pudieron escapar, se prepararon para irse en busca del albino, pensando en que si lo encontraban, tal vez pudieran salvarle la vida al joven Rindo.

-- Chifuyu aún está paralizado.-- Habló Baji con preocupación.

-- Y sí, idiota, vio cosas que no debía ver, cualquiera en su lugar también lo estaría, además todos estamos afectados por la pérdida de Souya...-- Le explicó el joven Kazutora.

-- Tora tiene razón... Lo del príncipe fue algo impensable...-- Comentó Mitsuya cargando al muchacho Chifuyu.

-- Ya dejen de hablar sobre eso.-- Les ordenó Hakkai.

-- Disculpa, Shiba.-- Mencionó Keisuke poniéndose serio.

-- Debemos caminar lo más rápido posible, el viaje nos tomará un día entero.-- Se quejó Hanemiya.

-- Les dije que se callen.-- La mirada de Hakkai dejó a todos sin habla.

Estaba dolido, no solo por haber perdido al príncipe, si no que también el odio en su corazón se multiplicó contra si mismo al no poder proteger a Souya, era una dura noticia para todos.

-- Yo sigo sin entender... Se suponía que el idiota ese quería a Souya y de la nada lo mató...-- Pensó en voz alta el pelinegro.

-- Chiton. Pedazo de imbécil.-- Hanemiya lo golpeó en la cabeza.

-- Oye!... Solo repaso lo ocurrido...-- Se defendió Keisuke

-- Hakkai nos golpeará si no te callas.-- Le susurró tapándole la boca.

El resto del camino hacia el gran bosque que oculta el monte se hizo insoportable, no solo por las palabrerías de ellos mismos, sino que también el escuchar gruñidos, quejidos y llanto de todo tipo y de todas las direcciones hizo que sus mentes se pongan en alerta.

Keisuke no soportó ese ruido que se intensificaba cada vez más mientras se iban adentrando, incluso siendo de día la luz del sol no traspasa las frondosas copas de los árboles, todo estaba tan oscuro que apenas podían ver, al menos hasta que él se tropezó con algo, o mejor dicho con alguien.

-- ¡Agh! D-diablos...-- Se quejó al caer de cara al piso.

-- ¿Qué te pasó? Ni caminar bien puedes.-- Se le burló Hanemiya.

-- Levántate y sigamos.-- Ordenó Mitsuya sin prestarle atención.

-- Esperen... No puedo moverme.-- Murmuró el pelinegro.

Unos quejidos se escucharon desde todas partes, los chicos rodearon a Keisuke mientras observaban su entorno en cuanto éste lograba levantarse. Baji prendió una pequeña antorcha que guardaba consigo y la acercó a lo que sea que le estuviese impidiendo caminar, al hacerlo vio un gran bulto moverse encima suyo, lleno de barro y pasto, su cuerpo iba siendo succionado poco a poco sin poder ni siquiera hablar, con rapidez fue que golpeó con la antorcha a aquella cosa y esta soltó un grito desgarrador, asustando a los demás que estaban alertas.

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⏰ Última actualización: Jul 24 ⏰

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