Sol, mar y sexo.

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Sol, sol, dame tu calor, brilla sobre miiiiiiiii.

Santas vacaciones. La playa no es mi lugar favorito, la arena molestosa que se mete donde no debería y el agua congelada no son mucho de mi agrado, pero, sin duda, este aire es diferente, refrescante, el olor de la marea tampoco es el mejor, aunque no se me hace desagradable.

Con mi familia planeamos este viaje por semanas, independiente de las circunstancias, ahora que finalmente estoy aquí no pienso desaprovechar la oportunidad de disfrutar.

—¿Queriendo cáncer a la piel tan temprano?

Mi molesto nuevo hermanastro se hace presente con uno de sus comentarios indeseables.

—Solo quiero un poco de sol, cierra la boca.

Sin prestarme atención se acuesta a mi lado sobre la arena, apoyado sobre sus codos escanea mi cuerpo en un precioso bikini negro.

Será descarado.

—Oye idiota te vas a quedar sin ojos si no dejas de mirarme.

Cierro mis ojos tratando de volver a mi momento de paz, pero el bruto no deja de hablar.

—No entiendo tu hostilidad a estas horas, deberías relajarte un poco. —sonríe cínicamente, disfrutando de hacerme enfadar.

—Que tu madre se haya casado con mi padre, no me obliga a tener que soportarte. —termino por decir antes de ponerme de pie, sacudiendo los restos de arena de mi cuerpo.

Nuestras familias tenían lo que se podía decir una gran fortuna, dio la gran casualidad de que en medio de su mundo de negocios, nuestros padres se conocieran, enamoraran, casaran y planearan un viaje de vacaciones para unir a la nueva familia.

Yupi.

—Tu tampoco eres mi persona favorita en el mundo, antipática. —ruedo los ojos, todavía tiene el descaro de llamarme así.

Comienzo mi camino a buscar un lugar más tranquilo, él decide quedarse estirado robando mi lugar para tomar sol.

—Y aun así Louis, aquí andas buscandome para alterar mis momentos de tranquilidad. —medio grito cuando me voy.

—Querrás decir, con mayor razón estoy aquí para hacer tus momentos más divertidos.—contesta en el mismo tono tratando de corregirme.

Antes de desaparecer por completo echo un vistazo a la distancia, recorro el lugar con la mirada, el mar, la puesta de sol y el inútil ser que se encuentra en la misma posición en la que lo deje, los rayos de sol dan justo en sus abdominales que resaltan brillosos. De esa manera, en esa posición con los ojos cerrados y la boca entre abierta dando pequeñas respiraciones, no parecía tan irritante...

El me observó, yo lo observé, se la devolví, eso es todo, no es mi culpa que este bueno.

Con ese pensamiento logro llegar a la casa que no se encontraba tan lejos. El tener dinero hace que cosas como tener una casa con playa privada sean posibles, lo cual me da tranquilidad, no soy muy buena para estar en lugares públicos.

Ya en la cocina me preparo un sandwich junto a un jugo de Naranja.

Mi padre entra y sonríe cuando me ve.

—¿Como va todo, estas disfrutando preciosa? —se acerca para abrazarme.

—No está tan mal como pensé. —admito.

No me puedo quejar, mi padre siempre ha hecho lo mejor que pudo para nosotros, nunca me faltó amor después de que mi madre nos abandonara, si ahora logró encontrar alguien que lo valora tanto como yo, pienso apoyarlo lo más que pueda.

Deliciosas fantasías-Louis Partridge y tu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora