It's my birthday make a wish 🎂🔥
—Que ardas en el infierno, Gathe.
—Que ardas conmigo, Guste.
Me soltó del brazo de una forma brusca y casi dolorosa, aunque solo para poder agarrarme del cabello desde mi nuca, enredando mis mechones mojados entre sus dedos.
Sus labios impactaron contra los míos en un acto de pura desesperación, mientras que con su otra mano se colocaba en la zona baja de mi espalda, apretándome contra su duro y cálido cuerpo.
Gemí contra sus labios a modo de protesta, pero él no se apartó.
Entreabrí la boca para permitir que su lengua jugara con la mía, siguiendo el ritmo de su cuerpo pegándose cada vez más al mío.
Definitivamente, Guste Dumont había perdido el control.
Levanté las manos hacia su cabello y me permití acariciar la suavidad de sus mechones dorados entre mis dedos.
Gemí cuando mordió mi labio inferior y él jadeó de puro orgullo al instante de oír mi gutural sonido de placer.
Era nuestro primer beso real desde hacía dos años y nunca había sentido tantas emociones a través del solo contacto de unos labios.
Había pasión, rencor, odio, ira, atracción, desesperación y tal vez una pizca de posesión en la forma en la que encajaba sus labios con los míos, en la forma en la que enredaba su lengua y en cómo sus dedos ejercían presión contra mi piel, demandando roce y acción.
Soltó mi cabello y mi espalda, pero no fue para apartarse de mí, sino para desabrochar su cinturón antes de quitarme el albornoz en un rápido movimiento.
Quedé totalmente expuesta a él, aunque la verdad era que no me importaba.
Si esa era mi recompensa por haberle destruido la vida por segunda vez, no podía imaginar qué haría cuando lo hiciera una tercera.
—Bienvenida a mi infierno personal, Gathe.
Subió la mano que había colocado sobre mi cintura hacia mi pecho e intentó agarrar uno de mis senos entre sus grandes y fuertes manos, apretándolo ligeramente a la vez que con su pulgar estimulaba mi pezón.
Se apartó de mis labios durante un breve segundo para poder analizar en un vistazo mi cocina, antes de agarrarme de las nalgas y sentarme directamente sobre la encimera, como si fuera totalmente manejable.
Tenía la mirada ensombrecida y los labios rojos, húmedos e hinchados por la intensidad de nuestros besos y estaba segura de que era el hombre más jodidamente atractivo que había en el universo cuando estaba así.
Intentó desabrocharse la camisa de satén blanca, aunque muy torpemente al estar analizando mi cuerpo desnudo en lugar de prestar atención a lo que estaba haciendo.
Impaciente, le agarré del pronunciado escote que llevaba para poder apreciar la dureza de sus pectorales y, sin dudarlo ni un segundo, pegué un tirón a su camisa para hacer volar todos y cada uno de sus botones. Necesitaba sentir su piel contra la mía y la separación de nuestros labios se estaba volviendo eterna.
Se sacó la camisa y se bajó los pantalones para descubrir sus bóxers grises en los que muy claramente se podía apreciar su enorme erección.
Jamás me había acostado con un hombre tan grande como él y estaba segura de que no había ni una sola alma en todo el mundo que pudiera superar el tamaño de la erección de Guste Dumont.
Veintitrés centímetros eran muchos cuando los sentías en tu interior.
—Bésame —exigí, viendo lo que tardaba en sacarse los pantalones, torpe e inseguro, como la primera vez.
ESTÁS LEYENDO
Querido Jefe Narciso +18
RomansaEscenas censuradas de QJN, la mejor novela de Wattpad según el mismísimo Wattpad real no fake, por eso eliminó mi libro cuando las publiqué. Leer bajo propia responsabilidad, yo no me hago cargo de los paros cardíacos que puede provocar esta cosa...