Capítulo 5 El destino también tiene buenas intenciones, pero a veces no

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La mañana del día siguiente Caterin camino por los pasillos de la escuela con su falda de cuadros y su blusa blanca. Ella había llorado mucho por lo que paso ayer, pensar en el asesinato de Evan la estresaba y la quebraba, pero también pensó en el mensaje que le había llegado, "te estoy vigilando" ese mensaje hacia que se pusiese nerviosa, solo de pensar que era el asesino. Tranquila, pensó Caterin.

Caterin camino hacia la cafetería pero cuando iba a dar la vuelta choco con un chico haciéndole que se le cayera toda la soda encima de ella.

-Lo siento, no era mi intención.-Dijo el con la cara de culpabilidad.

-No pasa nada.-Dijo ella ofreciéndole una sonrisa, el tomo unas servilletas que estaban en una mesa y se las paso para que se limpiara.

-En verdad lo siento.-Dijo el nervioso.- ¿Qué tal si te invito algo saliendo de la escuela?-Agrego. Caterin se sonrojo.

-No es...-La interrumpió.-Por favor, déjame recompensarte,-Se detuvo.-Por cierto, soy Daniel Taylor.

-Caterin Brown, mucho gusto.-Dijeron mientras estrechaban sus manos. El timbre de la escuela sonó avisando que ya habían iniciado las clases.-Te veo en la entrada de la escuela.

-Allí estaré.-Dijo Daniel sonriendo. Caterin se llenó de mariposas en el estómago, era evidente que le había gustado. Ella se fue caminando hacia su salón mientras él se quedaba parado, aun sonriéndole.

Caterin no dejaba de pensar en Daniel, era atractivo, su cabello café muy bien peinado, sus ojos cafés, su piel blanca hacia provocarle una sensación en el estómago, una muy bonita sensación.

Las clases pasaron súper rápido pero para Caterin fue una eternidad, ella ya quería estar con él por segunda vez, quería conocerlo más. Salió corriendo hacia la entrada de la escuela y vio en la esquina a Daniel recargado contra la pared.

-Hola.-Él dijo mientras habría sus brazos para abrazar a Caterin.- ¿Nos vamos?

-Claro.-Dijo ella. Ellos salieron de la escuela y fueron al estacionamiento, Daniel saco las llaves de su chaqueta y apretó un botón que estaba con un control junto con las llaves, un auto rojo pitó. Daniel abrió la puerta del copiloto y Caterin entro.

-Primero las damas.-Dijo el haciendo reír a Caterin. Daniel cerró la puerta del copiloto y entro al carro. En el viaje Daniel y Caterin platicaban de lo que les gustaba, y en todo eran compatibles, les gustaban las mismas cosas.

-Llegamos.-Dijo el mientras salía del carro para después abrir la puerta del copiloto.

-Gracias.-Dijo Caterin mientras salía del carro. Entraron al Starbucks del pueblo. Se formaron en la fila hasta que por fin llegaron.

-Yo quiero un capuchino.-Dijo ella mientras sacaba el dinero, Daniel la detuvo.-Yo lo pago.-Le susurro en el odio provocando mariposas en el estómago de Caterin.

-Yo también quiero lo mismo.-Dijo el sonriendo.

- ¿Para quienes son los capuchinos?-Dijo el muchacho pelirrojo que los atendía.

-Para Caterin y Daniel.-Contesto Daniel.

Después de unos minutos recogieron sus capuchinos y se dirigieron al carro, tomaron sus capuchinos en el carro después los tiraron a la basura.

-¿Y en dónde vives?-Dijo Daniel.

-No, ya es mucho, yo me iré caminando.-Dijo ella muy seria.

-No, por favor, te debo una.-Dijo el tomando su mano. Ella se acercó a Daniel demasiado cerca hasta que sus narices se tocaron, se iban a besar. Caterin se alejó, los dos se quedaron cayados. Caterin le paso la dirección de su casa, el prendió el carro y se dijeron. Había un silencio incomodo en el carro.

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