2: Caspian Conoce a los Narnianos.

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Trumpkin: ¡¿Qué me liberen?! – espetó molesto, cuando logró reincorporarse- ¿no se te ocurrió algo un poco más brillante? – preguntó mirando a Susan.

Susan: un simple gracias es suficiente- dijo intentando ocultar que estaba ofendida.

Trumpkin: ¡ellos sin tu ayuda estaban ahogándome perfectamente!

Ethan: pero te salvaron, ¿o no?

Peter: o es que no querías que te salvaran.

Lucy: pero ¿Por qué trataban de ahogarte?

Trumpkin: son telmarinos, eso es lo que hacen- dijo obvio.

Edmund: ¿telmarinos?, ¿en Narnia? – preguntó confuso.

Enano: ¿Dónde has vivido los últimos cien años?

Adara: es una larga historia- dijo con una sonrisa. Les entregó las espadas a Jhon y Peter y el enano los miró, incrédulo.

Trumpkin: ay, díganme que esto no es verdad, ¿son ustedes?, ¿son los reyes y reinas de antaño?

Ethan: no, somos Papa Noel y sus renos- dijo en un susurró sarcástico, Lucy le dio un leve golpe en el brazo.

Peter: soy el gran rey Peter, El Magnifico- se presentó, extendiendo su mano al enano.

Jhon: quizás debiste omitir eso ultimo- dijo haciendo que todos rieran.

Trumpkin: probablemente- dijo burlón.

Peter: tal vez te sorprenda- dijo desenvainando su espada.

Trumpkin: oh, no creo que quieras hacerlo, muchacho.

Peter: yo no, él- le entregó su espada al enano mientras Edmund desenfundaba la suya. Trumpkin tomó la espada y se le cayó por el peso.

Ethan: esto estará fácil para Ed- dijo sonriente. Entonces sin que Edmund se lo esperara el enano comenzó a pelear con gran habilidad, aunque sin llegar a superarlo, ya que en sus tiempos de rey había sido un gran espadachín. Trumpkin golpeó con el mango de la espada la nariz del chico.

Lucy: ¡Edmund! – exclamó preocupada.

Adara: tranquila, Lu, él puede hacerlo- dijo segura de las habilidades del chico.

Trumpkin: ay, ¿te hice daño? – preguntó burlón. Rápidamente Edmund logró despojar al enano de la espada- ¡barcos y bigotes! – exclamó incrédulo- después de todo el cuerno funcionó.

Susan: ¿Qué cuerno?

En otra parte de Narnia, más concretamente en el bosque. Caspian se despertó y descubrió que se encontraba en un lugar bastante extraño.

XX: ¡este pan está rancio! – se quejó alguien en otra parte de lo que el príncipe suponía era una casa.

Xx: entonces le daré sopa, no tardará en despertar- aseguró otra voz.

XX: si, no lo golpee con suficiente fuerza.

Xx: Nikabrik, solo es un muchacho- reprochó la otra voz.

Nikabrik: es un telmarino, no un cachorrito perdido- Caspian se acercó más para poder escuchar mejor- dijiste que te desharías de él.

Xx: no- el humano inclinó un poco la cabeza para ver a quienes pertenecían las voces y vio al enano que lo golpeó, que se llamaba Nikabrik y la otra voz no pertenecía a un hombre sino a un tejón, aunque más grande, afable e inteligente que cualquier tejón que hubiera visto jamás, que aunque el príncipe no lo sabía, se llamaba Buscatrufas- lo que dije fue que me encargaría de él- Caspian tuvo que contener un gritó cuando vio hablar al animal- no puedo matarlo ahora... le vende la cabeza, sería como matar a un invitado.

Love in War (Edmund Pevensie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora