cinco cosas que me hacen feliz.

three

Iván amaba demasiado escribirle cartas a Rodrigo. Se dedicaba a componer pequeños poemas y dárselos por medio de cartas a su chico, porque así podía expresar lo que sentía, ese amor tan profundo que Rodrigo le hacía experimentar desde que lo conoció.

-Ivi es un gran poeta- murmuró Rodrigo, sonriendo inmensamente. Tomás rió y Nicolás rodó los ojos, -siempre me da cartas con poemas muy bonitos.

El susodicho relamió sus labios, nervioso por el halago del contrario y por las miradas burlonas del par de chicos ajenos a la pareja, soltó un suspiro y abrazó al mayor por la cintura, a través de su gran suéter blanquecino.

-No te avergüences, lindo, es algo muy romántico- habló cerca de su oído para que sólo él escuchara, con esa vocecita dulce que a Iván le gustaba tanto. -Me gusta leerlas.

-A mí me gusta escribirlas... Para vos.

Rodrigo quiso besarlo, pero Iván puso la mano en su boca para impedir que sus belfos chocaran, le avergonzaba besarle frente a sus amigos, quería evitar a toda costa las burlas de aquellos chicos.

[...]

El pelinegro aprovechó el pequeño tiempo libre que tuvo para escribir algo para el castaño, guardando la hoja en un sobre amarillento, decorado con un corazón.

Se la entregó a Rodrigo y se fue rápidamente del aula, completamente avergonzado.

«Tu presencia en mi vida fue inesperada.
Igual de inesperada que la sonrisa que me diste aquella tarde de otoño.
Tus labios se alzaron y yo sentí la necesidad de besarlos.
Y cuando los besé, me sentí en el cielo.
El mismo cielo que fue y siempre será testigo de las noches en vela, con tu lindo rostro en cada rincón de mi mente, perdida en un limbo donde me pregunto; ¿por qué te amo tanto? ¿Y por qué amo amarte?
No tengo respuesta, y no la necesito.

-With love, your Iván.»

3- Escribir poemas.

«...Para Rodrigo» finalizó la frase en su mente, mordiendo la parte superior de su bolígrafo.