Capitulo 1: Un buen comienzo

543 24 0
                                    

Tras la ocupación francesa en España, el Ayuntamiento de México se declaró simpatizante de la creación de una Junta soberana que gobernara la Nueva España mientras durara la ocupación. Los miembros más radicales, como Francisco Primo de Verdad y Melchor de Talamantes, pensaban que la independencia debía ser definitiva. La Junta de México contaba con el apoyo del virrey José de Iturrigaray. Sin embargo, un movimiento reaccionario puso presos a los miembros del ayuntamiento en 1808 y consiguió la destitución del virrey.

Tras el inicio de la revolución independentista en Dolores, Guanajuato, el objetivo de las tropas insurgentes era la captura de la capital. Sus caminos los llevaron a las inmediaciones de la Ciudad de México. Hidalgo y su ejército llegaron a San Pedro Cuajimalpa poco tiempo después de proclamar la independencia en Dolores. Derrotaron a los realistas en la batalla del Monte de las Cruces, y a pesar de ello, los insurgentes decidieron volver al Bajío sin tomar la capital.

A partir de entonces, el valle de México no volvió a ser objetivo militar de los independentistas, y se había convertido en la plaza fuerte del ejército realista. Hacia 1820, cuando la revolución popular estaba casi extinta, la Ciudad de México fue la sede de nuevos movimientos contra el gobierno virreinal. Esta vez, los conspiradores eran los mismos que habían logrado la destitución de Iturrigaray, que tras la aprobación de la Constitución de Cádiz vieron amenazados sus privilegios.

Entre ellos estaba Agustín de Iturbide, quien selló un pacto (Plan de Iguala) con Vicente Guerrero (jefe de la revolución en el sur de México) y luego obligó a Juan O'Donojú a firmar los Tratados de Córdoba que declaran la independencia de México. El Ejército Trigarante entró triunfante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, después Agustín de Iturbide es proclamado emperador del Primer Imperio Mexicano, por el congreso, coronándose en la Catedral de México.

Después de septiembre de 1821 Iturbide había quedado como Presidente de la Regencia, pero el trono seguía vacío, y el Plan de Iguala estipulaba un gobierno de monarquía moderada por un Congreso. La primera medida que se tomó fue crear una Junta Provisional de Gobierno que, como su nombre lo indica, se encargaría de gobernar hasta que hubiera un emperador. Acto seguido, se mandó una carta a Fernando VII en la que se le invitaba a él o uno de sus familiares a que aceptara el trono mexicano. Escaso tiempo pasó para que las diferencias ideológicas entre los mexicanos estallaran y muestra de ello fue el Congreso que se formó para que detentara el poder legislativo.

En su interior se podrían encontrar tres tendencias: monárquicos, republicanos y borbonistas. Los primeros -monárquicos- apoyaban la monarquía moderada que se había plasmado en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba , y no les desagradaba la idea de que el propio Iturbide terminara coronándose como el emperador del país. Los republicanos, en su mayoría insurgentes que pelearon a la causa de 1811 y 1812, temían que el imperio se terminara convirtiendo en un común régimen absolutista que esté a las manos de Iturbide; ellos proponían copiar el patrón de gobierno de los Estados Unidos que hasta el momento iba funcionando muy bien.

Los borbonistas estaban indecisos y a mitad, estaban dispuestos a apoyar a cualquiera de estas opciones dependiendo de quien sería el monarca y aclaraban que si no veían para gobernar a un rey de la casa Borbón, preferirían inclinarse por un gobierno republicano. La situación empeoró cuando llegó la respuesta del rey de España donde afirmaba que ni él y ninguno de sus familiares adquirirían el trono mexicano puesto que no reconocían la independencia de la Nueva España. La noticia cayó como balde de agua fría en México pues alternaba los planes que se tenían. En cambio, los que más se alegraron fueron los iturbidistas, pues imaginaban a su líder como máximo gobernante del país.

La noche del 18 de mayo de 1822 el sargento Pío Marcha encabezó una manifestación en donde participó una multitud fogosa que recorría las calles de la capital aclamando a Iturbide como emperador y gritando: "Viva Agustín I, emperador de México". El 19 de mayo se reunió el Congreso, Iturbide manifestó que se sujetaría a lo que decidieran los diputados, representantes del pueblo, mientras tanto la gente aclamaba. El Congreso no podía contener a la multitud exaltada, y se dieron dos alternativas. El consultar a las provincias o proclamarlo inmediatamente. Iturbide insistió en la primera opción. Los diputados del Congreso votaron en secreto, el resultado fue de sesenta y siete votos a favor de hacerlo inmediatamente contra quince por consultar a las provincias.

La coronación se llevó a cabo el día 21 de julio de 1822 en la Catedral de México, él y su esposa Ana María Huarte fueron nombrados emperador y emperatriz del Imperio mexicano. De igual modo la bandera del gobierno de Agustín Iturbide fue modificada por él mismo con franjas verticales con el orden de verde, blanco y rojo, además del águila real coronada sobre un nopal, en representación de la leyenda náhuatl.

Luego de la independencia el país estaba sumido en la ruina gran parte del capital español se estaba fugando además gran parte la pacificación del territorio todavía no se lograba consolidar, a ello se le suma la falta de comunicación con los territorios del norte y del sur a falta de vías de comunicación además las tramas de conspiración en contra del emperador Iturbide y la monarquía se gestaban en el seno del gobierno esto llevo a Iturbide a disolución del Congreso Constituyente, dicha acción solo hizo sembrar aún mas enemistad uno de ellos el gobernador de Veracruz Antonio López de Santa Anna. Ante los levantamientos Iturbide envía a Anastasio Bustamante a Jalapa con la misiva de arrestar a Santa Anna a quien le había informado que el contingente era para reforzar el puerto y así para prevenir escaramuzas.

Ante la humillación de Santa Anna al alcalde Bernabé Lemaur era uno de los implicados el la detención de Santa Anna, Lemaur recibió a Bustamante con más hombres aliados de Iturbide, aunque hubo una enfrentamiento entre Guerrero y Santa Anna las tropas de este ultimo estaban superadas en numero y rodeadas por Lemaur.

Santa Anna logro huir por la noche de la ciudad, esta derrota hizo engrandecer los ánimos de Iturbide hasta que se enteró de la desaparición de Servando Teresa de Mier, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero. Los generales Bravo y Guerrero se dirigieron al Sur con intenciones de insurreccionarlo, por lo que Iturbide logro negociar con los levantados y firmaron el Tratado de Altamirano en Chilapa en el que el emperador restituía el Congreso a cambio de la fidelidad al imperio y la corona.





México Noble e ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora