𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑪𝒐𝒏 𝑷𝒐𝒍𝒍𝒊𝒕𝒐𝒔

Semillas de cupido

Outer dejo caer el abrigo en su casillero, su mochila color vino tintó fue despojada de sus pequeños hombros, y sus manos se despojaron de los calurosos guantes de lana con mucho esfuerzo, ya que sus manos no habían parado de sudar desde que vio aquel chico ardilla. Se encamino por el gran pasillo, notando que no había nadie alrededor.

Suspiro viendo el desolado pasillo de su escuela, había llegado tarde a su escuela, por quedarse hablando toda la noche con Sans Fox, el presidente estudiantil, considerado por toda la escuela el ser más carismático y amable, luego de Outer, y no solo era eso, él era el mejor amigo de Outer.

Para Outer, Sans era alguien muy importante para él, lo había ayudado un sinfín de veces, a pesar de que Outer detestara su personalidad de mamá protectora; Simplemente Outer no lo entiende, él ya estaba grande no necesitaba que nadie lo cuidara, aunque si era cierto que él era algo torpe e inclusive algunas veces hasta olvidadizo, como la vez en el que no se fijó bien dónde caminaba y termino cayendo en una alcantarilla, termino oliendo a zorrillo podrido por semanas, o la vez que se perdió porque se le olvido la diferencia entre la derecha y la izquierda, ¿quién rayos puede diferenciarlas bien? y en teoría Outer sabia cuidarse muy bien solo.

-Hey, Outer –dijo Sans acercándose sonriente.

-Hola, Sans, ¿a ti también te dejaron afuera?

- Si, parece que ser el presidente y el vicepresidente estudiantil no nos da ventajas.

-Sí, tienes razón- dijo Outer riéndose, su risa fue tan fuerte, que un profesor tuvo que salir a regañarles y mandarlos a rectoría por irrespetuosos.

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- Sabes yo siempre quise conocer la rectoría- dijo Outer en tono burlón, para luego darle un codazo a su amigo, que lo llevaba viendo mal durante todo el camino y que ya varias veces había protestado contra el pecoso por haberse reído tan escandalosamente.

-Tu, sí que no tienes remedio- dijo Sans aflojando su expresión corporal, para luego limitarse a sonreír y agarrarle la mano al pecoso para luego meterse corriendo a su salón de clases para ya no perder más tiempo, e ignorando ir a la rectoría.

Para su suerte la profesora había ido al baño, solo estaban sus compañeros de clase, que algunos al verlos agarrados de la mano los miraban con asco, aunque Outer no lo noto, ya que estaba más concentrado en controlar su respiración por haber corrido, pero Killer que estaba en uno de los asientos del medio si lo noto, por lo cual Killer rápidamente separo a Outer de Sans y le agarro la mano para sentarlo junto el, claramente él sabía lo que iba pasar si dejaba que sus compañeros siguieran viendo a Outer así y sabia lo cruel que podían a llegar a ser con aquello que les desagradaba, por lo que desvió la atención de Outer y Sans, hacía él.

Al parecer había funcionado sus compañeros ya no miraban con asco a Outer y a Sans, ahora era a el quien lo miraban con tanto odio y desagrado, como si fuera el peor de las enfermedades y las palabras que murmuraban sobre el eran peor que el veneno, su mente se encargaba de guardar aquellos murmullos para reproducirlos como un disco rayado en sus pensamientos, pero estaba bien mientras su chico pollito no sufriera; Si Outer era feliz, él también lo seria y no importaba cuanto tuviera que soportar.

Lo sucedido dejo muy confundidos a Outer y a Sans, que se miraron por unos segundos tratando de buscar respuesta, Sans luego de darse cuenta de que ninguno sabía que había pasado con exactitud, se limitó a sentarse con uno de sus compañeros, ignorando la mirada de Outer que pedía ayuda, no era porque no le gustara estar con el chico ardilla, era porque temía que fuera a decir alguna idiotez y necesitaba que estuviera Sans para ayudarlo.

Estuvieron varios minutos en los que ninguno hablaba, eso volvía loco a Outer, ya que se consideraba un ser muy hablador y no hablar por más de tres segundos era enloquecedor; Outer decidió hablarle aquel chico que le había robado más de un suspiro en la madrugada.

-Hola, no sé si me recuerdas soy Outer, chocamos esta mañana... ¿todavía es de madrugada?

-H-hola, s- si te r-recuerdo y n-no ya no e-es d-d-de madrugada, ya v-van a ser l-las doce- dijo Killer tartamudeando con sus mejillas ardiendo y con un severo rojizo cubriendo de ellas.

Outer veía esa escena con ternura, la manera que hablaba le era tan adorable, y ni hablar de sus mejillas sonrojadas a Outer le daban ganas de coger las mejillas de aquel chico y apretujar las hasta mas no poder.

-Oh, ya veo, gracias...em. ¿Cómo te llamas?

- Killer.

-Entonces gracias Killer. -dijo Outer con alegría, sentía como si pudiera volar en ese mismo instante, no entendía la curiosidad causada por el joven albino que tenía al lado, quería poder siempre observar aquel chico, necesitaba un poco más de ese joven de cabello blanco, quería que aquel chico lo mirara por siempre con esos hermosos ojos avellanas y en ese instante Outer se propuso a hacerse amigo de Killer cueste lo que cueste.

Outer quiso seguir hablando con Killer, pero su profesora había llegado, siendo así que mando a callar a todo el salón, Fue así como Outer se limitó a poner atención aquella clase de química, en cambio Killer se determinó a hacer garabatos en su cuaderno esperando que así las horas pasaran más rápido.

Aunque dentro de ellos querían que sus clases duraran más, que se pudiera detener el tiempo y poder disfrutar de la compañía del otro, de miradas que perduraban segundos y se perdían en el tiempo o pequeños roces que hacían latir el corazón de aquellos chicos desenfrenada mente.

Aquellos chicos sabían que algo empezaba a florecer algo fugaz dentro de ellos, en uno solo era una pequeña semilla que le faltaba un gran camino para florecer y el otro estaba ya por florecer.

Cupido suele lanzar flechas, pero tú debes caminar con un arpón en el pecho y aprender cómo lidiar con él, es decir, ellos deben aprender a enamorarse y amar en el proceso.