No estaban listos para amar

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Killer estiró el pollito hacia el muchacho, su brazo temblaba y tenía sus ojos levemente cerrados. Se encontraba demasiado ansioso y nervioso; tanto que sentía que podría desmayar se en cualquier minuto.

No quería ver al rubio, porque estaba seguro que no podría musitar palabra alguna y terminaría huyendo como siempre. Sentía los nervios paralizándolo, porque justo hoy parecía más bello que ver una aurora boreal en el cielo nocturno, se sentía desfallecer con esa mirada de esos ojos café almendra, con su inmaculada camisa blanca, con su chaleco amarillo brillante, con sus shorts beige que le llegan a la rodilla, sus medias negras y sus grandes botas caoba, parecía un hermoso y pequeño pollito.

Posiblemente Outer lo mirase como un fenómeno se tratará, porque se encontraba parado ahí, con su brazo estirado, sin decir nada. No sabía que decir o no podría encontrar las palabras correctas para iniciar una conversación.

- ¿Me estás dando ese pollito? -pregunto Outer con alegría de pensar que aquel chico le esté dando un presente.

-S-sí, ese p-pollito es t-tuyo- dijo nervioso por la intensa mirada del pecoso

-Gracias, Killer, pero...- no alcanzo a terminar la frase ya que Killer volvió a salir corriendo. - No tengo donde cuidarlo...- dijo Outer completando la frase -Bueno amiguito hay veremos cómo nos las arreglamos e igual solo es un pollito no creo que se me complique cuidarte. - dijo acariciando al pequeño pollito para dirigirse hacia su hogar, ya que un Killer corriendo y transpirado, lo detuvo para darle aquel pollito.

Eso era lo que creería Outer pero luego de cinco días seguidos que le había dado un pollito al concluir la jornada escolar, se dio cuenta que estaba muy equivocado y no era que le molestaran los presentes del mayor, no al contrario, él le encantaban los pollitos y los cuidaba con mucho amor, pero el problema es que no tenía donde tener tantos pollitos, si era verdad que en una cajita mediana de madera junto una lámpara de calor sería un grandioso hogar para unos cuantos pollitos, pero el problema sería si Killer le daba más de siete pollitos y tampoco era como si su familia le gustara tanto la idea de tener pollitos de mascotas.

Aunque por esos sucesos en los cinco días unieron mucho más a Outer y a Killer, el primer día fue unas cortas palabras y un Killer huyendo, el segundo día fue un saludo y un me gustaría conocerte de Outer, que mal que Killer huyo en el saludo luego de entregarle el pollito, el tercero fue un saludo, una charla de como estuvo su día y un valiente Killer diciendo que su día mejoro ahora que estaba hablando con el pecoso, esta vez el que termino huyendo fue Outer con sus mejillas sonrojadas, el cuarto día fue un saludo y un ¿me ayudas?, por parte de un Outer buscando ayuda para cuidar los pollitos y un Killer dispuesto a ayudar al chico pollito con sus pollitos, y por último el quinto día, hoy, en este momento Killer volvió a saludar a Outer con alegría para luego entregarle un pollito como de costumbre.

- Hola, gracias por el pollito.

- Hola, no es nada- luego de decir eso se dio cuenta de que sonó algo cortante, se maldijo así mismo porque en verdad quería hablar más con el pecoso.

- ¿Ayer me dijiste que necesitabas ayuda en tus pollitos?

- En verdad si, lo que pasa es que los pollitos son demasiados traviesos y están destruyendo mi casa, temo que mis padres terminen echándome de casa con todo y pollitos.

-Oh, ya veo, claro que con gusto te ayudare con los pollitos, pero...

- ¿pero?

- Pero si tú me ayudas con mis estudios- dijo con una sonrisa, claramente era una vil mentira para acercarse al pecoso porque él no quería mejorar en sus estudios, ya sabía lo que necesitaba no necesitaba esforzarse por una nota, pero por estar cerca del pecoso haría lo que fuera hasta estudiar, y sinceramente le ha servido estar cerca del pecoso, ya que últimamente ha perdido la timidez y ha podido por lo menos hablar un poco más seguro con el pecoso , pero eso no evitaba que igualmente se sintiera desfallecer con la presencia del pecoso y que sintiera que su corazón se saliera del pecho.

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑪𝒐𝒏 𝑷𝒐𝒍𝒍𝒊𝒕𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora