Extra: Amor eclipsado

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Ese momento fue inolvidable, era algo que no se puede borrar de nuestras memorias, era como si se hubiera incrustado en nuestros corazones, como olvidar el instante que fue nuestra primera salida como pareja, como olvidar el brillar de tus ojos, como olvidar ese hermoso color café de tus pecas brillar con la luz del eclipse.

Como olvidar aquella noche, donde una suave brisa de un suspiro de un eclipse lunar que se formaba en el cielo nocturno, esa noche estaba llena de ansias nuestras que esperaban el momento en el que el eclipse comenzará para que nuestra reunión comenzará dejando al descubierto su emoción, y cómo no íbamos a estar en un manojo de nervios después de todo era nuestra primera cita.

Aunque aquella noche nosotros no habíamos planeado previamente aquella cita, fue algo que salió de improvisación, que salió de lo más profundo de nuestras entrañas, porque después de aquel día donde nuestros sentimientos salieron a luz siendo escuchados por nuestros corazones, porque después de ese día nuestros corazones no paraban de latir de la emoción y la felicidad, porque a pesar de nos enviábamos unos pequeños mensajes de textos que les alegraban nuestras almas, uno que otro saludo que nos daba la suficiente energía para el día, unos pequeños encuentros en la escuela que nos dejaban estáticos, perdiéndonos cada segundo en la mirada del otro, como queriendo en ese instante desafiar toda realidad existente, desafiar toda la sociedad con un beso, porque eso era lo que deseábamos correr hacia donde estábamos para juntarnos en un tierno y profundo fugaz beso eso era lo que nuestros corazones anhelaban en esos pequeños instantes donde cruzábamos miradas.

Todo el día sentimos que algo no estaba bien, que algo nos faltaba, que necesitábamos de la presencia del otro, necesitábamos sentir el calor del otro, necesitábamos ver nuestras miradas reflejadas en el otro y sobre todo necesitábamos estar juntos.

Cuando cayó la noche nuestros corazones nos buscaban entre las paredes de nuestras habitaciones, uno tocando la guitarra mientras escucha música a todo volumen y el otro tirado en su cama leyendo un libro para pasar el tiempo, nosotros estábamos tratando de calmar ese insípido sentimiento que se nos estaba empezando a generar, cuando ambos en diferentes circunstancias se nos vino aquella palabra que estremeció nuestros corazones en lo más profundo de sus almas, "te extraño mi pedacito de cielo", en ese momento cuando esa palabra vino a nuestras mentes, lo supimos qué era lo que nos faltaba, ambos salimos de nuestras casas con un solo pensamiento en nuestras cabezas encontrarnos sin importar que, corrimos como locos por las desoladas calles alumbradas por la lumbre luz de la luna, corrimos buscando nuestras miradas, corrimos buscando nuestras sonrisas, corrimos buscando nuestros corazones.

Cuando ahí te vi sentado en aquel parque donde de pequeños muchas veces fuimos a visitar, ahí sentado tan tranquilo dejando que la tiniebla de la luna alumbre tu aterciopelado rostro, estabas sentado en aquella banca de madera color caoba, tenías una canasta llena de comida, con tu bella sonrisa resplandeciente que alegra mi ser, era simplemente como se tentado a morder un fruto prohibido, pero no le importaba romper toda ley del universo por una sola mirada de aquel pecoso, no le importaba si la sociedad se derrumbaba por un beso, el solo quería amar a su pequeño pecoso.

- Outer, ¿qué haces aquí? - dijo Killer asustando a Outer

- Eso mismo era lo que te iba a preguntar- dijo riéndose

- Y, sobre todo, ¿porque terminamos corriendo como locos?

- Tal vez porque... ¿nos extrañábamos?...

- Es posible, eso diría que estamos locos de amor- dijo Outer riéndose

- Tal vez deberíamos ir a terapia, porque locos no salen corriendo por todas las calles a las doce de la noche con comida y un telescopio.

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑪𝒐𝒏 𝑷𝒐𝒍𝒍𝒊𝒕𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora