Capitulo 5.

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[Levi A.] 

Me abalancé a él, tomándolo de la nuca y mirándolo a los ojos con diversión. Tan solo necesitaba un mínimo movimiento de Eren para continuar con mi plan inicial; Besarlo y llevarlo a mi cama.

Mi contrario solo se confundió un poco, pero luego relajó la mirada, cosa que me hizo encender más de lo que ya estaba con solo verlo. Bajó su mirada de mis ojos a mis labios, y viceversa, dándome a entender que debía proseguir, y carajo, sí que lo hice.

Ataqué sus labios con agresividad, ignorando el hecho de que casi aplasto a mi gato en el intento. Comencé con un beso desesperado por el tacto de sus labios, esperando muy impacientemente la correspondencia de Eren. 

No tardó mucho tiempo en seguirme el juego, por lo que decidí calmar un poco mis movimientos. El castaño comenzó a sacar lentamente su lengua, pasándola tentadoramente por mis labios, preguntándome si podía pasar a mayores. 

¿Que si le permití pasar? Joder, obvio que si.

Su lengua paseó por toda mi cavidad bucal, al mismo tiempo en que jugaba con mi lengua caliente. 

Yo solo podía permitirme disfrutar de este momento que en tan poco tiempo deseé. Y se cumplió. De igual manera, Eren también habría deseado esto por bastante tiempo, pero ¿A quién mierda le importaba? ¡Estaba besando a Eren! ¡Eren Jeager! 

Me espanté un momento al sentir como su mano acariciaba mi muslo con lentitud, pero tan pronto como lo sentí, llevé mi mano encima de la suya, apretándola. 

—Primero debo calentar el horno, ¿o me equivoco?—Preguntó Eren en un jadeo sobre mis labios. Joder ¿acaso todo lo que diga él tiene que sonar excesivamente erótico? Chasqueé mi lengua y fruncí el ceño, mirándolo amenazante.

—Cállate de una vez y hazlo.—Dije entre dientes. Eren soltó una risita tan sensual, que no pude evitar subirme encima suyo para sentarme sobre sus piernas. Él abrió lentamente sus piernas, permitiéndome sentir una dura erección de su miembro, al mismo tiempo en que me apresaba entre sus manos, tomándome de las caderas. 

Subió una de sus manos lentamente por toda mi espalda, para luego detenerla sobre mi nuca. Volvió a subirla a mi cabeza, entrelazando sus dedos entre mis cabellos mientras continuaba con la tarea de comerme toda la maldita boca. 

Y mierda que lo hacía bien. 

Sentí como mi pene rozaba con el bulto que sobresalía de su pantalón. Continué besándolo, esta vez con más agresividad, al mismo tiempo en que llevaba ambas manos a los lados de su cabeza y hacía lentos movimientos de cadera sobre sus piernas apropósito. 

—¿Se puede saber que intentas hacer?—Cuestionó con diversión mientras sonreía encima de mi boca. No pude evitar sonreír a la par de él. 

—¿No te gusta?—Murmuré parando mis movimientos. Eren solo presionó sus manos sobre mis caderas, para luego volver hacer lo que estaba haciendo anteriormente. 

—Me encanta.—Susurró mirándome a los ojos. Mierda. Volví a besarlo como si no lo hubiese visto hace tiempo, y este imitó mi acción. 

El calor se sentía en cada parte de mi maldito cuerpo, incluso en el de mi contrario, que parecía que ardía con cada movimiento o toque que hacía yo. Lo mismo iba para mí. 

Lo único que podía escucharse en toda la sala, eran nuestros jadeos, gruñidos, y gemidos por mi parte. Gracias al cielo me compré un departamento con bloqueo de sonido. 

Pero qué importa. 

Eren, entre toque y toque, pareció cansarse de hacer lo mismo; chasqueó la lengua y me miró la camisa desprecio, como si le molestara. Yo lo observé con confusión, por lo que el castaño ni se tomó la molestia de preguntar si quería quitarme la camisa, ya que él tomó esa decisión por mí; Me arrancó la camisa, sin la necesidad de desabrochar botón por botón, pues parecía desesperado por avanzar más, y más.

¿Jefe? || EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora