Capítulo 18.

114 11 12
                                    

[...]

"...Aún dudo en si llamarte, o dejar que sigas con tu vida sin mí, pero luego recuerdo cuando me miraste por última vez, con esas bellas esmeraldas que rogaban por que diga algo.
Yo no dije nada, pero créeme que debajo de mi inexpresivo rostro, te estaba dedicando diez canciones, cien poemas, y millones de estrellas..."

[...]

Historia dio un saltito en su lugar, y volteó rápidamente su cabeza en dirección a Eren, quien seguía estático en su lugar, confundido; ¿habían hecho algo anoche? ¿será que él o ella se aprovechó del otro? 

La rubia balbuceó unos segundos, y tan pronto vio que Eren abría la boca con su ceño fruncido, a muy poco de gritar, puso sus dos manos al frente, a modo de rendición, pidiéndole que se detenga. 

—¡E-espera! un momento—pidió, dándose la vuelta nuevamente para bajarle el fuego a la sartén, cuidando que la comida no se queme mientras ella habla. Una vez se aseguró de que nada terminaría quemado cuando termine, volteó, quedando frente a frente con Eren.

—¿Qué..?

—¡Alto!—Chilló Historia asustada, interrumpiéndolo.—Déjame explicar algunas cosas antes de que empieces a gritarme, por favor. No quiero más malentendidos—explicó, ladeando su cabeza a un lado mientras cerraba un ojo, realmente estaba asustada. 

—O... ¿Okay?—murmuró Eren, moviendo su cabeza de lado a lado confundido. 

—Siéntate ahí—Pidió, haciendo una seña para apuntar el asiento. Eren obedeció dudoso, y miró a Historia con una ceja levantada cuando ella se sentó enfrente de él, quedando cara a cara. 

Él observó su rostro, y claramente estaba nerviosa, sudando frío mientras jugaba con los dedos de sus manos. 

—¿Y?—dijo Eren, viendo que la rubia se quedó en silencio.

—Primero que nada, anoche no pasó nada... sexual, ni por ese estilo, por si te lo preguntabas—Aclaró, un poquito avergonzada por mencionar ese tema. A Eren se le relajaron los hombros.—Esto pasó anoche, así que... bueno, ayer te encontré drogado, o mejor dicho, tú viniste a mí drogado—Contó. Eren abrió los ojos. 

[Historia R.]

«Quiero hablar con Eren, pero estoy segura de que si voy ahora mismo, y le hablo, me gritará en muchos idiomas lo mucho que me odia por haberle mentido...»

—Hola, bonita~—Se escuchó a mi lado, y tan pronto lo oí, volteé mi cabeza rápidamente, pues reconocí la voz al instante. 

—¿Eren, qué pasa?—Pregunté confundida, ya que el castaño se había estado tambaleando mientras tenía una botella medio vacía en su mano. Lo atajé, y él me agarró del brazo, apoyándose en mí. 

Eren me miró entrecerrando los ojos, y luego de unos segundos analizándome detenidamente, hizo una mueca de asco, para después alejarse de mí velozmente, como si mi cuerpo quemara. 

—Oh, eres tú—Dijo seco, apuntándome con su dedo índice juzgante.—Mentirosa de mie...—Eren no pudo terminar de insultarme, ya que comenzó a vomitar en el suelo, casi en mis pies. Agradecí al cielo por haberme hecho lo suficientemente pequeña como para que mis piernas no alcancen el piso. 

—¡Eren! ¿qué estuviste bebiendo?—pregunté preocupada, apoyando mi mano sobre su espalda, mientras que con la otra le corría los mechones rebeldes que caían en su frente para que pueda vomitar en paz. 

Olía a mierda, drogas, vómito, humo, alcohol y cigarros. 

Eren levantó un poco su cabeza para mirarme mientras tosía, para después limpiarse la boca perezosamente con el dorso de su mano. Tenía el ceño fruncido, y sus ojos estaban rojos por haber consumido alguna mierda que seguramente tomó de por ahí. 

¿Jefe? || EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora