2.

2.3K 224 99
                                    

Cuando Bokuto se percató de los sentimientos que guardaba hacia su mejor amigo tenía tan sólo 17 años y, dado que estaba seguro de querer permanecer al lado del mismo por el resto de su vida, decidió confesarse.

—Oye, 'Kaashi.

—¿Sí, Bokuto?

—¿Te parece buena idea ir al parque?

—¿Al parque?

—¡Sí!

—¿Algún motivo en especial?

—¡Tengo algo importante que decir!

El más joven y estoico también, lo miró unos segundos antes de responder:

—De acuerdo.

—¡Sí! ¡Es una cita entonces!

—¿Cita?

Pero, en lugar de contestar, Bokuto lo abrazó fuertemente.

—¡Bokuto, con cuidado!

—¡Cierto! —retomó la compostura y lo soltó, alejándose incluso dos pasos—. Lo siento.

—No hay problema.

Pero, a pesar de lo dicho por el más joven de ellos, ninguno se atrevió a hablar el resto de la tarde.

Dada la enfermedad que tenía el menor, ambos habían hecho un pacto silencioso; en el que, acordaron con sólo una mirada evitar el mayor contacto físico posible. Podrían ser "exagerados" pero eso a ninguno le importaba, ambos querían mantener ese acuerdo silencioso.

• • •

—Así que, al fin le dirás.

No lo dijo a modo de pregunta; fue una afirmación. 

—¿Disculpe?

—Ya sabes, que te gusta mi hijo.

La cara de Bokuto adquirió una tonalidad rojiza y desvió la mirada de la madre de Akaashi.

—Y-yo... Eh...

—Me gustaría muchísimo que dijera que sí.

—¡¿De verdad?!

—¡Claro! Tú siempre fuiste su único amigo y siempre lo has tratado como se merece, no podría pedir a nadie más que a ti como pareja de mi hijo.

La sonrojada mirada del menor fue acompañada por una tímida pero sincera sonrisa.

Akaashi escuchó la conversación desde las escaleras y no pudo evitar la formación de un nudo grotesco en su garganta.

• • •

—Está hermoso el día, ¿No crees?

—Sí, lo está.

La tarde transcurrió con ambos jóvenes conviviendo y charlando bajo la sombra otorgada por aquel enorme árbol sobre sus cabezas, hasta que llegó el momento en que el mayor de ellos decidió confesar su sentir.

—'Kaashi, ¿Podrías escucharme un segundo?

El nombrado lo miró atentamente; su rostro impacible.

—Los segundos que quieras.

En realidad no quería que siguiera, sabía lo que le diría y no quería oírlo porque no quería herirlo, no a él.

—Escucha —suspiró y continuó:— hemos sido amigos varios años y estoy completamente seguro de querer pasar los que me queden de vida a tu lado; por ello, quisiera externar mi sentir:

›El simple hecho de estar junto a ti me produce una hermosa sensación que sólo podría catalogar como "mariposas en el estómago" y mirarte me hace comprender que no hay nadie más con quien quiera hacer todo en este mundo.

«Por favor, no continúes, no lo hagas, ¡Por favor!».

—Por todo esto, quisiera preguntarte algo: ¿Quisieras ser mi novio?

Bokuto posaba sus ojos ámbar sobre su persona. Akaashi desviaba la mirada mientras su entrecejo se arrugaba ligeramente.

—Bokuto, yo... —la mirada ámbar se intensificó; la otra continuó desviada—. No.

Aquella respuesta tomó por sorpresa al mayor; su rostro lo reflejaba a la perfección. No pudo decir nada más y Akaashi continuó sin dirigirle la mirada; sin embargo, añadió:

—Lamento esto, Bokuto. De verdad lo siento.

No quería seguir ahí, no después de haberle hecho ese daño a la única persona que amaba de tal manera. Por ello, se puso de pie y comenzó a caminar hacia su casa, pensando que no volvería a verlo en toda su vida.

Sin embargo, a los pocos minutos, un cuerpo más alto y robusto que el suyo se posicionó a su lado y lo acompañó hasta el umbral de su casa. Akaashi no sabía por qué un ser como él se había enamorado de su persona y, del mismo modo, no sabía por qué los dioses o el destino le habían impedido disfrutar de una vida a su lado.

Al llegar a su casa, sólo se despidieron con un asentimiento de cabeza y sin ningún tipo de contacto, ni siquiera visual. El de cabello azabache pensó que aquella había sido la despedida; sin embargo, a la mañana siguiente ahí estaba el de cabello bicolor esperándolo para dirigirse a su escuela.

Y ahí estuvo hasta su último día de vida.

Akaashi nunca supo qué hizo en sus otras vidas para merecer tener a Bokuto a su lado, a pesar de todo; a pesar de ser él.

• • •

Holi, acá el segundo cap de esta historia. ✌🏼
Acabo de leer el capítulo 212 de Jujutsu Kaisen y simplemente no puedo. Aaaah, son muchas emociones.
Nos leemos luego.

Blue Ocean.

CINCO VECES NO [BOKUAKA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora