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Jimin se quedó mirando el techo de su habitación desde el primer instante en que sus ojos se abrieron esa mañana, sus cobijas enredadas en sus piernas y su playera levantada mostrando una pequeña parte de su abdomen; soltó un suspiro y dio media vuelta cerrando sus ojos para quedar boca abajo, dejando su rostro contra su almohada, tomó aire y dejó salir un grito que fue callado por la misma. 

Después de unos minutos, se levantó con pesadez, estiró su cuerpo un par de veces y al terminar se miró al espejo, su cabello estaba completamente enredado, tenía los ojos rojos y parecía que no había dormido muy bien a pesar de haberlo hecho toda la noche.

Cerró sus ojos dándose por vencido, no podía retractarse ahora, no después de haber aceptado cuidar de Sua al haberse sentido completamente convencido por la actitud del pequeño, de sólo haber pasado medio día con él ya se había ganado una parte de su corazón.

Jimin soltó un suspiro pesado y se dirigió a su baño, tratando de alejar la negatividad con pensamientos alegres y que no tenían que ver para nada con un pelinegro en específico.

Cuando llegó frente a la casa de los Jeon, soltó un suspiro pesado, el transcurso no había sido para nada tedioso y lo agradecía porque por lo menos no le había provocado alguna jaqueca porque ya tenía suficiente con tener que encontrarse con el hermano de Sua. Soltando nuevamente un suspiro, se quedó observando la puerta como si estuviera esperando que un fantasma atravesara por ella, pero eso no sucedió, cuando por fin se animó a tocar el timbre, Suzy no demoró en abrirla ni dos minutos, pues apareció casi al instante frente a él con una enorme sonrisa.

—Hola, cariño. Pasa, estás en tu casa —se hizo a un lado dejando el espacio suficiente para dejarle entrar—. Creí que tardarías un poco más en llegar, pero parece que no vives tan lejos de aquí como creía —Jimin sonrió rascándose detrás de su oreja; aunque hubiese querido llegar más tarde sabía que ella y el Sr. Jeon tenían que salir de viaje y tampoco quería causarles inconvenientes.

—Uhm... Sí, yo tampoco creí que el viaje fuera así de rápido, ayer me pareció eterno y eso que vine en carro —sonrió—. Pero el camino fue bastante rápido en autobús y sólo tuve que caminar un par de cuadras para llegar, también me sirvió de ayuda para ubicarme un poco mejor.

—Me alegra escuchar eso —comentó caminando de un lado a otro mientras leía una hoja de papel en su mano que parecía ser una pequeña lista—. Lo bueno que llegaste sin problemas.

—Sí, y por cierto, buenos días.

—Es cierto —rio ella—. Buenos días a ti también, Sua está arriba buscando algunos juguetes me parece —dijo al ver a Jimin buscando al pequeño a su alrededor.

—Ah, ya veo...

—Antes de que vayas por él o baje quiero decirte algunas cosas antes de que se me olviden —Jimin asintió mirándola atento mientras Suzy comenzaba a buscar algo en las bolsas de su saco; cuando pareció encontrar aquello, volteó a verlo—. Toma —dijo tendiéndole un juego de llaves, Jimin lo tomó algo confundido—. Es una copia de las llaves de la casa, como sabes mi esposo y yo no vamos a estar y Jungkook sale temprano de casa para ir a sus entrenamientos, por lo que no creo que alcance a abrirte la puerta.

—Ah. Okey.

—Igual quería decir que si gustas quedarte estos días que no vamos a estar en casa puedes hacerlo sin ningún problema, también lo digo porque ayer me comentaste que te quedarás solo en tu casa por lo menos hasta que tu hermano vuelva de su viaje y, como Sua se quedaría un rato solo en lo que llegas de tu casa, creo que sería mejor que ambos se hicieran compañía. ¿Qué opinas?

Jimin se quedó en silencio tratando de asimilar lo antes dicho porque, bueno, sinceramente no estaba acostumbrado a que alguien tuviera tanta confianza de alguien que prácticamente era un extraño.

💙🐰 Niñero por accidente 🐥💛 KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora