💙🐰 Niñero por accidente 🐥💛 Kookmin

8

Al día siguiente, llegando de correr, Jimin no se encontró con el pelinegro, pero el desayuno ya estaba listo en la cocina para él y para el pequeño Sua.

Jimin subió (sin notar una pequeña sonrisa asomándose por la comisura de sus labios) y tomó una ducha rápida; terminando, bajó a escombrar un poco la casa para hacer un poco de tiempo y así levantar al pequeño a su hora.

Ya estando Sua sentado en su lugar y Jimin sirviendo para ambos el desayuno después de haberlo calentado, lo único que faltaba era servir un poco de leche o jugo en sus respectivos vasos, pero al abrir el refrigerador lo único que había para beber, era la mitad de una jarra con jugo de naranja probablemente hecho por Jungkook.

—Sua~ —llamó Jimin mientras servía jugo para ellos y veía al pequeño desayunar tomar un bocado de su arroz frito.

—I-minie~ —imitó al rubio con una sonrisa después de pasar la comida aún con sus ojitos somnolientos, Jimin sonrió enternecido.

—¿Vamos al supermercado al rato? —preguntó enarcando una ceja mientras veía a Sua pasar de estar adormilado a tener una enorme sonrisa en su rostro y bonitos y enormes ojos negros brillando con emoción.

—¡Siiiii! —terminó gritando mientras alzaba sus brazos por la gran noticia de una visita al super. 

—Termina de desayunar, nos arreglamos y nos vamos ¿vale? —le sonrió y Sua asintió volviendo a tomar un nuevo bocado de su desayuno.

Como mencionó, después de terminar de desayunar, lavar y secar los platos con la ayuda de Sua, ambos subieron a la habitación del pequeño pelinegro para ayudarlo a vestirse para luego dirigirse juntos al supermercado, una vez completamente listos ambos; Sua corrió al baño una última vez antes de irse mientras Jimin buscaba las llaves de la camioneta con una sonrisa en el rostro, ya todo listo, se quedó esperándolo recargado en el marco del ventanal que daba hacia el jardín observando las hojas de las plantas moverse con el poco viento que hacía y la luz del sol reflejándose en las pequeñas gotas de algunas hojas de las plantas, sólo que, de repente, la puerta de entrada se abrió de golpe, asustándolo.

Rápidamente se volvió para comprobar que no se tratara de un intruso, ya que los padres de Sua estaban fuera de la ciudad y Jungkook debía estar en su entrenamiento hasta al menos las dos o tres de la tarde.
Sin embargo, la sorpresa llenó sus ojos al ver al pelinegro entrar en la casa, con su maleta colgando del hombro, la cual dejó caer al suelo como si fuera un costal de papas.

Entonces, su mirada se cruzó con la de Jungkook.

Los ojos del pelinegro se abrieron de par en par al encontrarse con la mirada de Jimin. Intentó tragar, pero por alguna razón sintió su garganta completamente seca y comenzó a toser bruscamente, el rubio se acercóa él y le dio un par de golpecitos no muy fuertes en la espalda.

—¿Estás bien? —preguntó Jimin mirándolo con sus ojos un poco más abiertos de lo normal observando a Jeon tomando un par de respiraciones para recuperar el aliento.

—S-sí —la voz de Jungkook sonó  un poco rasposa a causa de la tos.

—¿Qué te ha pasado? —cuestionó Jimin tratando de no reír al recordar la cara de sorpresa de Jungkook antes de atragantarse y comenzar a toser.

—¿Cómo que qué me ha pasado? Parpadeó un segundo y de repente te encuentro frente a mi observándome, eso ha pasado —volteó a verlo con una ceja enarcada entre serio y con una pequeña mueca en sus labios por el ardor que había quedado en su garganta.

Oh. Jimin no esperaba escuchar eso por parte de Jeon Jungkook.

—¿Te pongo nervioso, Jeon? —le sonrió coqueto mientras se cruzaba de brazos recargándose en la pared a su lado quedando frente al pelinegro.