[1]; Conociéndose

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TW: Ninguna
A.U: Muggle A.U/ Niños

[🍃]

No pasaban de las diez de la mañana y ya sabía lo que le esperaba para el resto del día al solo levantarse y escuchar a sus padres pelear. 

Soltó un suspiro y decidió vestirse a paso lento, no había necesidad de apurarse.

Cuando  bajó las escaleras su madre lo recibió y en su mejilla se podía apreciar un golpe, en su mirada solo se percibía odio, mismo que sabía terminaría explotando contra él. Cuando sus padres discutían, Eileen buscaba deshacerse de su molestia y Severus al ser el más cercano a ella siempre era el blanco.

—Siéntate— Dijo la mujer y seguido a esto puso un plato de comida en la mesa. Severus obedeció dócilmente a la orden de la mujer y comenzó a comer.  

A pesar de las muchas veces que esta descargo su ira contra él, ella era lo más cercano a una figura de amor.
No podía decir que la quería, pero agradecía enormemente que ella jamás le pusiera una mano encima, le diera comida y curara (de mala gana, a veces) sus heridas.

—Gracias— mustió levantándose

—Lava los platos y ordénalos— Habló Eileen levantándose del sillón— Ordena tu habitación y desaparece de mi vista.— Seguido a eso despareció de la habitación. 

Tal y como se lo pidió, Severus lavó los platos y los ordenó para irse a su cuarto. Deseaba salir, pero hasta que no llegará su padre no lo haría. Necesitaba saber que ambos estarían ocupados como para darse cuenta de que él no estaba presente en la casa. 

Cuando este llegó, Severus salió por la puerta trasera y se dispuso a ir al parque de la hilandera. Por un momento pensó en regresar por un sueter, pero prefirió no hacerlo.

Caminó alrededor de cinco minutos hasta llegar a aquel viejo parque que al  estar en la Hilandera se mantenía solo, era un lugar peligroso. Nadie dejaba que sus hijos fueran allí. A Severus no le importaba. Solo necesitaba un escape de sus padres, su casa, de su realidad. 

Yendo al único árbol de por allí se sentó recostándose en él, pero sintió como algo cayó sobre su cabeza, no le tomó importancia así que se relajó, pero de nueva cuenta volvió a sentir como algo lo golpeaba. Exasperado se volteó encontrándose con un niño que, al parecer, tenía su misma edad.

—¡Por fin volteas!— dijo el chico, que se encontraba en una de las ramas del árbol.

—¿Porqué me tiras...— se quedó observando lo que le tiró — ...esas piñas?

—No me ponías atención — y se encogió de hombros como si lo que acabará de decir tuviera sentido.

—Nisiquiera sabía que estabas allí— masculló con obviedad— además pudiste haber bajado a hablarme ¿Sabes?—

El chico pelinegro de ojos grises se sonrojó al darse cuenta de que Severus tenía razón, bajó de la rama del árbol y se puso junto al menor.

— ¿Qué haces acá?— Preguntó Severus —no es normal ver a personas por acá, mucho menos niños—

—Tú estabas acá— Señaló el chico de rizoz— además es un lugar tranquilo—

—Yo vivo cerca, así que tengo excusa. Y si, tienes razón, es un lugar tranquilo por eso me gusta estar aquí.—

—Eso no contesta mi pregunta— mencionó Severus—

El contario soltó un suspiro y en susurro habló

—No quería estar en mi casa, mamá ella es...— se quedó viendo a la nada, pensando en la palabra para describir a Walburga, su madre— complicada, si, esa es la definición de ella.

El silencio reino durante unos segundos, que se volvieron minutos. Severus lo entendía el también iba allí para escapar de sus padres.

—A mi tampoco me gusta estar en mi casa— dijo Severus— mis padres vieven peleando y yo pago los platos rotos.

—Ya veo...

El silencio reino por otros minutos, hasta que el chico de rizos habló de nuevo.

—Soy Sirius Balck, ¿Cómo te llamas?— se presentó

Severus miró desconfiado a Sirus, su mamá le había dicho que no debería dar información personal a extraños, pero ya habían hablado y sabía el nombre del otro chico asi que ya no era un extraño.

Y es que en la mente de un niño de once años esa lógica tenía validez.

—Severus Snape, un gusto Sirius —

Ambos chicos tenían una mirada inocente y dejando atrás la conversación anterior se sumieron en una platica para conocerse mejor.

Sin darse cuenta el tiempo pasó volando y empezaba a oscurecer.

—Es hora de irme—habló Sirius — ¿Nos vemos otro día?

—Supongo... ¿Mañana?— tentó Severus.

Quería repetir esa experiencia, por primera vez disfrutó estar en silencio, pues Sirius hablaba, y mucho, solo sonreía y él portaba a las historias de Balck con preguntas.

—Mañana será, a la misma hora— dijo feliz Sirius de saber que el otro si quería estar de nuevo con él.

En su casa estaba lejos de todos, siempre le miraban mal, su única compañía era Regulus, pero sus padres no les dejaban pasar mucho tiempo juntos. Se hizo una anotación mental: Hablarle de Regulus a Sev, y viceversa. Y traerlo para que se conozcan.

—Nisiquiera sabemos que hora era cuando vine—

—Veamonos alrededor de las cuatro y media ¿Si?—

—Claro, adiós Sirius —

—Adiós Sev— el apodo hizo sonreir a Severus que se dió vuelta para irse. Acto que imitó Sirius.

Con una sonrisa ambos chicos tomaron caminos separados sin saber que a ese encuentro le seguirán muchos más, pero por el momento ambos regresaron a su triste realidad con un sentimiento en el corazón, propio del amor en la más pura de sus formas. Un cariño infantil. Cariño que,  sin querer, encontraron; pero que siempre necesitaron.

[🍃]


¡Empezamos noviembre! Y que mejor que con una de nuestras parejas favoritas.

Estoy bastante satisfecha con el resultado de este primer día, ¿A ustedes que les parece?

Besitos: Una_florecilla <3

No se olviden de tomar agua, y alimentarse bien

𝚂𝚗𝚒𝚛𝚒𝚞𝚜 𝚠𝚎𝚎𝚔 ||𝚂𝚒𝚛𝚞𝚜 𝚡 𝚂𝚎𝚟𝚎𝚛𝚞𝚜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora